Un libro que invita a reflexionar sobre el cerebro y la esencia de nuestra humanidad.
En este libro el autor se ocupa de ciertos aspectos del origen de nuestras ideas, sobre la estructura del cerebro y su relación entre creatividad artística y cognición, temas que representan un puente muy interesante entre la ciencia y la filosofía. Con una sugerente narración, el autor utiliza numerosas obras y pensamientos de artistas y escritores como metáforas para saltar del mundo del arte al de la ciencia y viceversa, y para que al mismo tiempo sirvan de inspiración al lector para meditar sobre la naturaleza del cerebro, la esencia de nuestra humanidad.
El resultado final es un libro híbrido —divulgativo, humanístico y científico— que aúna el rigor científico y el placer intelectual.
Una obra que explica la capacidad del cerebro para generar motivaciones y bienestar, y cómo esto determina nuestra vida.
Un libro sobre la importancia biológica y anímica de conservar nuestros deseos y placeres.
Comer, dormir, amar... ¿Qué nos impulsa a vivir y por qué llega un momento en que algunas personas mayores no tienen ganas de seguir viviendo? A cualquier edad, el deseo de disfrutar de la vida aumenta cuando tenemos alguna motivación, pero ¿qué pasa cuando no podemos satisfacerla y qué papel desempeña el cerebro en este proceso?
Este extraordinario libro, que explica cómo el cerebro hace posible el sueño, el hambre, la sed, el sexo…y los diferentes placeres incentivos, revela también que conservar motivaciones no es solo mantener el bienestar corporal, sino la salud mental y, con ella, un buen estado de ánimo, la energía y la ilusión de vivir, estímulos que nunca deberíamos estar dispuestos a perder.
Entrar en un bosque es acceder a un mundo distinto en el cual nos transformamos. Con estas palabras nos invita Roger Deakin a adentrarnos en Diarios del bosque, un libro que bulle con esa curiosidad de la que se nutre la vida. Un texto que desvela el bosque y también la madera, ese quinto elemento como parte de comunidades mucho más grandes, repletas de historias con un amplio e inolvidable elenco de artesanos, artistas, granjeros, mimbreros o recolectores de nueces, así como de plantas, bardas, pájaros y polillas. Deakin recorre así no solo su Inglaterra natal: su viaje lo lleva hasta bosques de los Pirineos, Australia o Asia Central, en un intento de rozar con su escritura el duramen de una fascinación y un amor por la madera, el árbol y el bosque al alcance de muy pocos.
Cada descubrimiento científico está plagado de historias, discusiones, anécdotas… Este libro entrelaza muchas de ellas en un viaje de la A a la Z.
¿Cómo han llegado hasta nosotros palabras como «clon», «supernova» o «robot»? ¿En qué momento fueron creadas y con qué criterio todas estas palabras que usamos a diario? Al intentar dar respuesta a estas cuestiones, el periodista científico y escritor Antonio Martínez Ron nos muestra que, si se colocan en una línea de tiempo, la aparición de los términos científicos es en sí misma una nueva forma de contar la historia de la ciencia.
Este diccionario es un recorrido de la «A de Átomo» hasta la «Z de Zoonosis» en el que se documenta el momento exacto en que se crearon palabras como «microscopio», «neurona», «láser» o «píxel» y cuál fue la discusión para elegir esos términos y no otros. El resultado es una crónica de cómo, forzada a inventar nombres para los nuevos descubrimientos, la ciencia se convirtió en un motor del lenguaje. Y de cómo los científicos se entregaron a la tarea de etiquetar el asombro.
Un puma deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile. El gorila de montaña que se hizo botánico. Las historias sobre la jirafa de Lamarck, el mamut de Cuvier o los pinzones mutantes de Darwin. Correrías entre dinosaurios y homínidos fósiles...
Arqueólogo, naturalista y explorador, Jordi Serrallonga nos explica qué relación guardan sus aventuras con la comprensión del cambio climático o el desembarco de nuevas pandemias en pleno siglo XXI.
Durante la Prehistoria vivimos mimetizados con la fauna y flora salvajes hasta que llegó la Revolución Industrial y la globalización. Entonces triunfó el mito de la especie escogida, y ridiculizamos a los evolucionistas. Creímos que el ser humano, con sus decisiones, estaba por encima de los caprichos de la naturaleza; pero, en realidad, la estábamos desafiando y se materializaron las consecuencias: desde la crisis medioambiental al despertar de virulentas entidades microscópicas.
La selección natural sigue ahí; dentro y fuera del Homo sapiens. En África, un hadzabe le dice al autor: «somos animales». Somos una especie más, y solo la ciencia permite comprender la posición de la humanidad en un planeta donde la evolución biológica es imparable. El cetro del cambio no está en manos de dioses con pies de barro, sino en los dominios rebeldes y libres de la naturaleza.