Prohibida en distintos países tras su publicación, Agosto es un mes diabólico es el hirviente relato de una mujer que se redescubrirá durante un viaje a la Riviera Francesa. Ellen vive en una ciudad que le disgusta, un lugar que niega su pasado y no ofrece ninguna esperanza para su futuro. Separada y con un hijo, está determinada a cambiar su vida. Por ello, abandona Londres en busca de sol y compañía, pero el camino no resultará fácil. Al recibir de pronto una noticia desgarradora, descubre que hay una fina línea entre la independencia y la soledad. Una novela de «fulgurante energía» (Colm Tóibín) que confirmó a Edna O’Brien como «una revolución en la escritura irlandesa» (John Banville).
A ella se le encarga trabajar como «puente»: vivir con, ayudar y supervisar al expatriado conocido como «1847» o comandante Graham Gore. En lo que respecta a la historia, el comandante Gore murió en la condenada expedición de Sir John Franklin al Ártico en 1845, por lo que está un poco desorientado al vivir con una mujer soltera que muestra regularmente sus pantorrillas, rodeado de conceptos extravagantes como «lavadora», «Spotify» o «el colapso del Imperio Británico». Pero con un apetito por descubrir, un hábito de fumar siete cigarrillos al día y el apoyo de un encantador y caótico elenco de compañeros expatriados, pronto se adapta.
Pero lo que el puente pensó que sería, en el mejor de los casos, una complicada e incómoda dinámica de compañeros de piso, evoluciona hacia algo mucho más profundo.
Inaugura este volumen de no ficción La otra aventura (1968), una serie de prólogos y artículos de Bioy entre los que se destacan un análisis en torno a la originalidad de La Celestina y una valiosa nota sobre su amistad con Borges; en Memoria sobre la pampa y los gauchos (1970) Bioy explora las múltiples resonancias de esas palabras que a él le despiertan ansiedad pero «para la mayoría de los argentinos son de uso turístico»; el hilarante y satírico Diccionario del argentino exquisito (1971) incluye verdaderos hallazgos; Unos días en el Brasil (1991), el diario de un viaje realizado en 1960 en el contexto de un congreso del PEN Club, y De las cosas maravillosas (1999), reflexión luminosa que tiene como objetivo ayudar a conocernos mejor.
Llega al catálogo de Alfaguara un título que ya es historia reciente: el libro que cambió la mirada sobre la despoblación y la señaló como un fenómeno crucial para entender la España de hoy. La etiqueta «España vacía» generó una conversación nueva, llegó a los programas políticos, llenó librerías y espacios culturales, y ha acabado por convertirse en una sección fija de los medios y las agendas electorales. El asunto de «lo rural» y «lo urbano» volvió a ser un género literario que dio pie a una enorme bibliografía y revitalizó, además, el ensayo para la generación más joven de escritores y lectores.
Inspirado por la metodología de la «atención total» de Krishnamurti -a quien la realidad dejaba en éxtasis cada tarde-, César Aira exhorta a la superación de la ceguera del urbanita que sin tiempo para nada es incapaz de demorarse para observar la maravilla del mundo.
Autor fundamental, en estas once ponencias y charlas desvela los delicados mecanismos del artificio literario, incita a imaginar una Buenos Aires vaciada de todo excepto de sus árboles o a repasar una poética del trazo entre las notas de Duchamp para El gran vidrio, el proyecto calígrafo-maníaco de Levrero o la letra ínfima que para Benjamin implicaba un pensamiento refinado…
La inteligencia desfachatada y excepcional de Aira vuelve estos ensayos puro goce y puro juego. Un sacudón a cualquier hábito que amenace con adormecer la sensibilidad o impida la sorpresa.
En las fronteras del Imperio se extiende una provincia desnuda y mineral donde el frío, la escarcha y el ritmo lento de los largos inviernos parecen adormecer a los habitantes de un pequeño pueblo.
Una mañana, el párroco es descubierto con la cabeza aplastada por una piedra. ¿Cuál fue la naturaleza del crimen? ¿Quién podía tenerle tanto rencor en una ciudad donde, hasta entonces, las comunidades religiosas habían vivido en armonía?
La investigación es confiada a Nurio, el policía que demasiado a menudo se deja llevar por sus pasiones y que desprecia a Baraj, su adjunto, un gigante distinguido con alma de poeta. Pero ¿tiene interés el Imperio en que se descubra al verdadero asesino? Cuando se abusa de los pueblos y los Estados, ¿cómo se escribe o se reescribe la Historia? ¿Y qué pueden hacer los seres humanos ante su impetuoso curso?