Si la historia que cuenta esta impactante novela de Aurora Venturini transcurriera en Texas, seguramente habría en ella psicópatas asesinos, vísceras y sangre a raudales. No es el caso, por suerte para los lectores, pese a que en el seno de la familia que la protagoniza hay asesinos —y asesinatos—, prostitutas, encubridores, retrasadas mentales y una enana. Tambien un profesor de bellas artes, una alumna aventajada y una madre profesora. Aura Venturini disecciona la sociedad de su juventud, en La Plata (Argentina) de los años cuarenta, una familia compuesta por mujeres y totalmente disfuncional que muestra una capacidad asombrosa para salir adelante, hasta el punto de que la protagonista consigue convertirse en pintora famosa. Yuna, la narradora, relata en primera persona los años de formación y superación personal, con un corrosivo sentido del humor y sin pelos en la lengua. Las primas supuso el descubrimiento y la consagración de su autora, a la edad de ochenta y cinco años: ciertamente, nunca es tarde si la novela es buena. En este caso es excelente.
Agotado