La mayor afición de El Ingeniero es recoger perros de la calle para darles cobijo y alimentación. Salucito, uno de sus perros favoritos, murió de un disparo. Los moradores de la ciudad aseguran que su fantasma anda por los alrededores, aúlla por la noche y demuestra más valentía, después de fantasma, que la que tuvo en vida.
Agotado