La novela 1984 es un ejemplo, quizá el más contundente junto con Un mundo feliz y Fahrenheit 451, de un posible futuro distópico, completamente totalitario, en el que los habitantes solo tienen la opción de seguir las reglas, o perecer; y en el caso de 1984, de ser «vaporizados», de perecer y ser borrados de la existencia y del recuerdo de que alguna vez hayan existido. Rebelión en la granja es como una fábula a la antigua, en la que los animales hablan, razonan e idean (según las capacidades distintas de cada uno), y hasta siguen los consejos a la rebelión de un viejo cerdo sabio y experimentado.
Alguien ha muerto, dedicamos apenas unos minutos de lectura al suceso y lo olvidamos. Alguien mata a alguien, nada sabemos, nada queremos saber. Sin embargo alguien lo escribe, alguien lo cuenta, consciente de lo inútil de su acto, consciente de que el olvido será el destino de sus palabras si es que alguien se molesta en leerlas.¿Dónde te encuentras tú?.¿Crees estar a salvo?.¿Hay espacios donde uno puede divertirse sin presagiar el fin?
El auge y declive de una gran pasión, el amor feroz de dos personas que parecían conjurarse en contra de una vida serena.
Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relación de sus padres, y cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.
A corazón abierto es una novela que recorre nuestro país a lo largo de un siglo de grandes cambios y encierra un homenaje a una generación, la de quienes permanecieron en España en la inmediata posguerra, aquellos que, sin queja ni lamento, se concentraron en sobrevivir.
Desde la mirada empática y curiosa de una gran observadora que sabe transformar en ficción cada destello de la memoria, Elvira Lindo convierte a sus padres en personajes literarios para aproximarse a ellos con libertad, lucidez y sabiduría. Como si de una composición musical se tratara, cada capítulo es una demostración de gran técnica puesta al servicio del puro placer de narrar las luces y las sombras de un pasado convertido para siempre en gran literatura.
En A nivel del ojo acompañamos a Jenny Xie en su periplo personal en busca del lugar al que pertenece. Desde Camboya hasta Corfú, desde Nueva York a Hanoi. La poeta, que nació en China y emigró a Estados Unidos en la infancia, conoce sus raíces, pero no logra encontrar arraigo en ninguna parte. Xie tantea tierras y ambientes nuevos, pero sólo consigue acercarse, cada vez más, a la semilla de su soledad. Estos poemas verbalizan innumerables cuestionamientos internos y articulan una reflexión conmovedora sobre las fuerzas que a veces nos asientan y otras nos obligan a partir: la migración, el turismo, el distanciamiento, las despedidas… La falta de respuestas a la que se enfrenta la autora hace que sus palabras resulten tiernas a veces, elusivas otras, incluso tensas, y que siempre nos dejen con la sensación de no conseguir llegar a casa. Pero ahora, al menos, con el consuelo de sabernos acompañados en nuestro intento.
Una fría mañana de diciembre de 1984, Griselda, argentina exiliada en Francia, se despierta con un fuerte dolor de cabeza. Tras pedir auxilio infructuosamente a Claudio, su marido, vuelve a casa, llena la bañera y ahoga en ella a sus dos hijos menores. La mayor, Flavia, de apenas seis años, se salva por hallarse en la escuela. Treinta años después, Laura Alcoba entrevista a los supervivientes de esta tragedia y, sin despejar el misterio del acto de Griselda, intenta acercarse a lo inconcebible. Preguntada sobre su madre, Flavia, que ahora es una exitosa fotógrafa, la describe como «presente, amorosa. Muy amorosa».
Tras la Trilogía de la casa de los conejos, Laura Alcoba nos brinda una narración deslumbrante y perturbadora sobre la oscuridad que se esconde en las relaciones más cotidianas y la posibilidad de apostar por el amor y el perdón.
Charles Bukowski (Andernach, 1920 Los Ángeles, 1994) dejó a su muerte un inmenso legado de poemas inéditos; en palabras de la crítica Jennifer Schuessler: «El testimonio de una feroz ética del trabajo invertido, la fe en la autosuficiencia por medio de la atención infinita a uno mismo, el rechazo a desperdiciar siquiera la migaja más ínfima de mundo o de tiempo».
Estos poemas escritos entre 1980 y 1994 abordan los temas que hicieron de Bukowski un escritor tan venerado e imitado: la nostalgia por antiguos amores malogrados, las trifulcas en bares de mala muerte, el alcohol como combustible y condena, la euforia de la escritura cuando uno está en racha, la extraña belleza de los marginados de la sociedad, la enfermedad y el deterioro, todo ello dotado de una visceralidad más intensa a medida que el poeta barrunta la cercanía de su propia desaparición.
Un poderoso empresario decide llevar adelante su propia lucha contra el tráfico de droga y los narcos, y ganarles la partida con su mismo juego, siendo más criminal que ellos. En esta novela de Carlos Fuentes, como a veces en la realidad, todo se derrumba.
Ciudades perdidas, callampas, villas miseria, favelas, todas son lo mismo. Eso lo sabe Adán Gorozpe, cínico arribista que pasó de pobretón estudiante a poderoso mandamás gracias a un afortunado “braguetazo”, y también Adán Góngora, ministro a cargo de la seguridad nacional que ha puesto en marcha una estrategia espeluznante que incluye alianzas con criminales, encarcelamiento de inocentes y uno que otro asesinato.
Un día, Góngora le propone a Gorozpe asociarse para elevar su juegp al más alto nivel: “¿Qué tal si usted y yo, tocayo, apoyamos a un candidato imposible para la primera magistratura del país?”. Ese candidato, claro, sería Gorozpe. Sólo que para ese momento, él lo sabe, deberá deshacerse de Góngora, o al menos neutralizarlo. ¿Cómo proceder contra tan formidable adversario? ¿Cómo detener el remolino que arrastra al país hacia la cloaca?
La poesía puede ser tan hermosa como variada, puede hablar de amores, de sueños, de decepciones, de risas, de llantos. En este libro, Al viento de New York, del poeta y escritor cubano Armando G. Muñoz, el lector encontrará una poesía con la que disfrutará del amor o del dolor que se siente cuando se vive lejos de la patria que te vio nacer.
Estás a punto de entrar en el mundo de Alicia, el más extraño y asombroso, disparatado e insólito que hayas conocido y que jamás vas a olvidar. En este mundo, los gatos desaparecen sonrientes, las reinas tienen ejércitos de naipes, los conejos visten chaleco y te apremian para que los sigas. Y si los sigues, caerás por el agujero de su madriguera… Hasta el País de las Maravillas. Allí, las reglas que conocemos no funcionan; en el País de las Maravillas todo tiene su propia lógica. La hora del té no acaba nunca, Tiempo es un señor que se enfada si no sigues el compás cuando cantas y las lágrimas pueden llegar a formar un mar si justo en aquel momento tu cuerpo se encoge hasta ser diminuto.
Respondiendo al espíritu enciclopédico y totalizante que caracteriza toda la escritura del marqués de Sade, en sintonía con el siglo al que pertenece, Aline y Valcour no solo pretende ser la novela filosófica, sino que se construye como una auténtica macronovela o compendio narrativo que abarca los principales géneros narrativos y registros de escritura del siglo XVIII: todo ello utilizando como soporte el género epistolar.