En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Si Juego y distracción —recientemente reeditada por Salamandra— supuso un paso de gigante en la incipiente carrera de James Salter, Años luz, publicada ocho años más tarde, en 1975, significó claramente su consagración como uno de los grandes maestros de la literatura norteamericana del siglo XX. La escritura diáfana, leve y luminosa de Salter nos asoma al interior del matrimonio de los Berland, cuya vida transcurre entre Manhattan y una vieja casa al norte de Nueva York. Allí, en una suerte de paraíso natural, rodeados de prados y con vistas al río Hudson, Viri, arquitecto al que le apasiona su profesión, y Nedra, una mujer de marcado carácter y una rara elegancia, disfrutan de los paseos, las cenas con amigos y los incontables momentos de sosiego dedicados a jugar con sus dos hijas. Sin embargo, detrás de esta apariencia idílica, el lector descubre las finas líneas de fractura que asoman en la superficie y se van convirtiendo en grietas hasta que, finalmente, desfiguran el paisaje sin posibilidad de reparación. El amor difuminado por el paso del tiempo, como gran protagonista, aguarda a los personajes para envolverlos en una luz final, vespertina, sin retorno. Años luz traza con exquisita sensibilidad los límites y contradicciones de ese estado evanescente de plenitud y bienestar que llamamos felicidad y que anida en lo más profundo de todo ser humano.
La historia de un joven nacido en la pampa, que emprende con exito una carrera altamente especializada en el mundo científico, para luego, abandonarla por la literatura y el arte, en un gesto valeroso y retador. Es tambien la historia de un hombre rebelde, afín desde muy pronto al anarquismo y a la izquierda revolucionaria. Antes del fin, constituye el legado esencial de un gran escritor para las generaciones que le suceden.
Atlas de geografía humana: En un gran grupo editorial, cuatro mujeres -Ana, Rosa, Marisa y Fran-trabajan en la confección de un atlas de geografía en fascículos. Reunidas por azar en ese proyecto, y muy distintas entre sí, todas comparten, sin embargo, una edad decisiva, en ese punto de inflexión de la vida en que deben encararse de una vez consigo mismas, despejar dudas, deseos y contradicciones. Y mientras investigan y buscan materiales, van desvelando sus pasiones y sus sueños truncados, sus decepciones, sus derrotas y sus grandes conquistas.
En esta novela imprescindible de la narrativa americana, Sinclair Lewis nos presenta a George F. Babbit, un agente inmobiliario bullicioso, arrogante y siempre preocupado por su reputación. Babbit es el epítome de una nueva figura en la literatura estadounidense: el conformista total, un personaje que piensa y siente lo mismo que la multitud. O eso quiere creer. En grandes escenas satíricas, lo vemos participar en reuniones, actos sociales y viajes de negocios que capturan toda la agitación de la cultura comercial de su país. Sin embargo, Lewis estudia también las grietas de su personalidad, y el retrato de sus dudas acaba mostrando la cara oculta de un periodo de la historia de Estados Unidos en que el mito de la prosperidad ilimitada estaba por dar paso a la era de la ansied