Los cuentos de Valentín Amaro poseen varias características que les otorgan una fuerte dosis de originalidad, y que me parece van conformando un estilo que va a ser como su marca de fábrica en el futuro: son cuentos, de raíces chejovianas, en los que el autor aborda diversas zonas de la cotidianidad , pero con la vista fija, no en el desarrollo de grandes conflictos, que a veces están sumergidos en el profundo pozo de las individualidades, sino en las relaciones humanas que se establecen entre sus personajes cuyos conflictos parecen vivir en su mundo interior, y que el autor apenas nos permite vislumbrar, con lo que crea y nos hace compartir, un terreno fértil para la meditación. Creo que con este libro, que mantiene un sostenido nivel de calidad, y resuelto con notable economía de recursos, Valentín Amaro se instala con todo derecho en el siempre difícil terreno de la narrativa de ficción.
EDUARDO HERAS LEÓN
Agotado