LA DICTADURA DE TRUJILLO. DOC.T1 VOL1
Compilar documentos históricos es siempre una riesgosa misión. Se trata de reunir y disponer, de manera ordenada, asequible para el lector, documentos que versen sobre un mismo asunto, y generalmente, relacionados con un mismo periodo histórico. Al sumir la tarea, todo compilador ha de tener conciencia del desafio que entraña una selección de este tipo, y la enorme responsabilidad profesional, incluso ética, que pesa sobre sus hombros. De una cuidadosa selección puede depender la valoración que se haga de un hecho o una figura de la Historia, incluso, su recepción y enjuiciamiento por parte de las futuras generaciones. Una rigurosa compilación ha de ser ordenada, coherente, profunda, objetiva y, en la medida de lo posible, exhaustiva. Un compilador trabaja para mostrar a sus lectores un camino, y estos lo seguirán confiados, en la misma medida en que tengan pruebas de que el camino también lo es. No todas las compilaciones, ni todos los compiladores alcanzan estos estándares a los que hemos hecho referencia. Con frecuencia no se trabaja con suficiente rigor, se atropellan los pasos del proceso, y no quedan claros, al final, ni los criterios de selección, ni la propia filosofia del compilador. El resultado es una obra parcializada, inmadura o deficiente, que será prontamente dejada a un lado, superada por otros trabajos sucesivos. Existen tantas compilaciones potenciales sobre un mismo tema o asunto, como compiladores. No hay dos compilaciones iguales, aunque a primera vista lo parezcan. Y no solo depende de los documentos seleccionados en una y otra, ni de las notas con que el compilador va dejando, tras de sí, a manera de pistas para ser reunidas con el objetivo, finalmente, de que sea comprendido y aceptado, su método.
Agotado