«Cada vez que alguien se planta en algún lugar de este territorio, me llama el gobernador y me envía a buscar la nueva población. No importa que sufra reumatismo o que ya no tenga edad para viajar a lomos de un caballo. Cuando un hombre reclama un terreno que pueda rendir, allí hay un pueblo. Cuando encuentra un poco de hierba, allí hay también un pueblo. ¿Perfora un pozo? Otro pueblo. ¿Se detiene en algún sitio para vaciar la vejiga? Otro. Mil veces al año surgen pueblos en esta tierra, y mi tarea es la de ponerlos todos en el mapa. ¿Y para qué? La reclamación se vuelve agua de borrajas, la hierba muere, el pozo se seca, y todos se marchan a otro lugar, a forjar un pretexto que me haga viajar de nuevo. Nada se queda quieto en esta maldita tierra. La gente es empujada de un lado a otro a cada soplo de viento. No puedes llevar la ley a un montón de piedras, no puedes conseguir que los coyotes se establezcan en ninguna parte, no puedes formar una sociedad solo con arena. A veces, pienso que somos peores que los indios. ¿Cuál es el nombre de este lugar? ¿Hard Times?»