«Porque no saben lo que hacen»: no cabe definición más exacta de la ignorancia que funda toda ideología. Tal ignorancia, sin embargo, no es testimonio de ceguera o desconocimiento. Más bien refleja un goce - que brota, paradójicamente, del mandato de renunciar a todo disfrute-. Cuando no se sabe, se goza -y cuando se disfruta, es que hay sinthome (como diría Jacques Lacan), hay un síntoma del nazi, o el traidor revisionista el sinthome del estalinista. De los totalitarismos fascista y soviético hasta la economía libidinal de la supuesta posmodernidad, los sinthomes ideológicos y el goce sospechoso que los acompaña están en todas partes. En Porque no saben lo que hacen Slavoj Zizek, con su virtuosismo habitual, los acecha, saltando audazmente en Alfred Hitchcock a Woody Allen, de la tragedia del Titanic a la de Chernónil, de la teoría crítica de la Escuela de Fráncfort a la de Lacan.