Con el tratamiento baydelairiano del poema en prosa nace el lirismo moderno. Su afán por romper con los moldes poéticos románticos le lleva, siguiendo a Aloysius Bertrand, al que Baudelaire considera como el iniciador del género, a buscar una «modernidad» que finalmente encuentra en el reflejo de la vida urbana expresada a través del «poema en prosa». En el presnte volumen, junto a Pequeños Poemas en Prosa aparece Los Paraísos Artificiales; dos obras aparentemente dispares pero que después de una atenta lectura coinciden en ser un largo poema en prosa con el mismo carácter rapsódico. Si la primera es un reflejo de la vida parisina, «tan fecunda en asuntos poeticos y maravillosos», la segunda es todo un culto al placer como expresión de una vitalidad en la que está implícito el germen de la destrucción del propio placer: la degeneración y la pobredumbre.
Agotado