Valéry advertía que no había libros acabados sino abando-
nados, Flaubert buscó con locura
"le mot juste" y Pacheco
se quejó de que escribir era el trabajo de Sísifo. Sé, por
experiencia, que ellos, los tres, hablaban de esclavitud y no
de literatura. Esta obra mía, que hoy ve la luz, ha sido justa-
mente eso, a saber, yugo y cadenas interminables. Más que
salir del anonimato, la publicación de los poemas reunidos
en Breviario del Corazón significa liberación.
Agotado