Al coro de los insultos y las descalificaciones se sumaron los elementos más retrógrado de la oligarquía y el alto clero d la Iglesia Católica, furibundamente conservador, ultramontano y anticomunista, que había sido favorecido por Trujillo y fue su aliado incondicinal, hasta las víspera.
No puede entenderse la concatenación de hehos que llevaron al debate entre Juan Bosch, candidato presidencial del PRD, y el padre Láutico García, sin conocer el telón de fondo en que se desarrolló el mismo, a escasos tres días de las elecciones y bajo la amenaza de fracasar estas, de retirarse el PRD, ya para entonces, el partido con mayor arraigo popular.