El mundo ha sufrido diversas convulsiones: conflictos étnicos, religiosos y nacionalistas que a su vez han coincidido con crisis de eficacia y legitimidad que han atravesando las democracias occidentales.
En el presente libro, Chantal Mouffe arguye que la teoría de la democracia liberal es incapaz de comprender esos problemas, sobre todo dada su concepción inadecuada y esencialista de la política. El universalismo, el racionalismo y el individualismo de la teoría liberal acaban por provocarle un fuerte bloqueo ante la especificidad de lo político, principalmente frente al papel esencial que desempeñan los antagonismos y el poder en la vida social.