Sueños, amor,
amistad y aventura...
Es la hora de la verdad y Olympia prepara sus últimos Juegos Olímpicos. Pekín espera su despedida del tapiz, pero antes tendrá que superar varias pruebas: los controles y
competiciones de la Federación, las decisiones de su entrenadora y sus propios sentimientos.
Olympia tiene ante sí una oportunidad única y sabe que ha llegado el momento
de enseñar la gran gimnasta en la que se ha convertido.
El mundo de Axlin está plagado de monstruos. Algunos atacan a los viajeros en los caminos, otros asedian las aldeas hasta que logran arrasarlas por completo y otros entran en las casas por las noches para llevarse a los niños mientras duermen.Axlin ha crecido siendo consciente de que cualquier día le puede tocar a ella. Su gente ha sobrevivido a los monstruos durante generaciones y ha aprendido a evitarlos en la medida de lo posible. Pero un día Axlin descubre que existen muchos tipos de monstruos diferentes, que cada aldea se enfrenta a sus propias pesadillas y que hay criaturas que no conoce y ante las que no sabe cómo defenderse.Axlin es la escriba de su aldea, la única que sabe leer y escribir. Debido a ello, nadie de su entorno comprende realmente la importancia de su trabajo. Pero ella se ha propuesto investigar todo lo que pueda sobre los monstruos y plasmar sus descubrimientos en un libro que pueda servir de guía y protección a otras personas. Por eso decide partir con los buhoneros en una larga ruta para reunir la sabiduría ancestral de las aldeas en su precaria lucha contra los monstruos. No obstante, a lo largo de su viaje descubrirá cosas que jamás habría imaginado cuando partió.
Hay historias que nos abren la mente. Hay historias que nos hacen reflexionar. Y también hay historias que nos cambian la vida; El bosque de los susurros es una de ellas. Riley tiene once años y cree en los Susurros: hadas mágicas que te conceden deseos si les rindes tributo. Y Riley tiene muchos deseos: desea que los abusones de la escuela dejen de molestarlo; desea agradarle a Dylan, el chico de octavo curso que le gusta, y también desea dejar de mojar la cama. Pero sobre todo, Riley desea que su madre regrese a casa. Desapareció hace unos meses, y él está decidido a resolver el caso. Incluso se reúne con Frank, un detective, para repasar su declaración de testigo una y otra vez. Frustrado por la falta de avances en la investigación, Riley decide encargarse él mismo del asunto. Así que se va de acampada con su amigo Gary para encontrar a los Susurros y pedirles que traigan a su madre de vuelta a casa. Lo que Riley no imagina es que ese viaje cambiará su mente y sus creencias para siempre.