Tras cinco años desaparecido, Maya encuentra a su abuelo y descubre que todo este tiempo ha estado protegiéndolos de un inminente peligro del que ni siquiera eran conscientes.
Pero entonces se dan cuenta de que, lejos de estar a salvo, la situación se ha vuelto crítica: si quieren que su intento de salvar el planeta siga adelante, deben hacer algo ya.
Sin pensárselo, Maya se embarca en un viaje hacia lo desconocido en el que descubrirá secretos que llevan siglos enterrados.
Álbum poético y tierno sobre el paso del tiempo, los recuerdos y los lazos especiales que se crean entre abuelos y nietos. El viento que despeina las hojas, los pajaritos que echan a volar: es el abuelo quien enseña a su nieta la belleza que se esconde detrás de todas las pequeñas cosas. Y así, poco a poco, se crean unos lazos tan fuertes como para resistir el paso de los meses y de los años y el lento desvanecerse de la memoria y de los recuerdos.
En el inolvidable paisaje de un hospital, un grupo de jóvenes abrazan la alegría que tienen a mano: la amistad, la libertad y la rebeldía. Cada uno de ellos está roto; cada uno de ellos se ha hecho más fuerte debido a eso.
Crean una comunidad, viven milagros, y reclaman a la vida lo que la enfermedad les ha arrebatado. Pero un corazón roto hace que uno de ellos renuncie al amor. Y aun así, en ese desolado lugar donde el amor parece imposible, se abre una puerta… y también los corazones.