Existe un bosque mágico donde los koalas han hecho una fiesta de disfraces, los búhos se han puesto en huelga y vive un oso vanidoso. Si te acercas un poco más, verás en la laguna a los flamencos. Puedes dar una vuelta por el desierto y conocer a una llama que se hizo superhéroe, o levantar los ojos al cielo y ver pasar volando al unicornio que fabrica el arco iris.
"No tengas miedo", le susurré. "Somos como una sola persona". De pronto me ebrumó la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a dudas. Me rodeó con los brazos, me estrechó contra él y hasta la última de mis terminaciones nerviosas cobró vida propia. "Para siempre", concluyó.