El señor Bingley es un asesino. Al menos, de eso lo han acusado, aunque Lizzie Bennet se niega a creerlo. ¡Es perfecto! A ver, no es que se alegre de la tragedia, pero si demuestra la inocencia de Bingley, probará, además, que es digna de formar parte del bufete de su padre. ¡Por fin!Por desgracia, Bingley ya tiene abogado, un tipo insufrible llamado Darcy. Como Lizzie no piensa darse por vencida, se resigna a colaborar con el para resolver el caso. Y más vale que lo logren pronto, porque un asesino anda suelto, y ellos podrían convertirse en sus siguientes víctimas.
Porque claro, el bicho es un lobo y el sitio es una mullida cama. Este lobo tan peculiar abre un ojo en la negra noche, y despues el otro. Salta de su cama, sale de la habitación y camina decidido por el pasillo. ¿Dónde irá? Y lo más importante, ¡¿es de verdad de verdad un lobo?!
La pandilla de Pánfilo está de vuelta... ¡en el End!
Nuestro equipo de pringaos está encantado: ¡han encontrado la manera de resucitar a Teoberto! Aunque eso significa que también resucitará el dragón… lo cual no es tan buena noticia. Mientras que Bagel tiene prisa por encontrar a Teoberto, Margarita es más cautelosa. Demasiado cautelosa, según Bagel. La tensión se palpa en el ambiente…
Una megaamistad a prueba de fantasmas, tigres y magia
Burbuja y Bombín participan en un concurso de talentos con su nueva amiga, Luna el fantasma. Pero cuando Luna se asusta al estar frente al público y desaparece, estos pequeños monstruos con grandes sentimientos tendrán que idear un plan para ayudarla.
Agrega una varita defectuosa, un tigre a la fuga y una montaña rusa loca, ¡y esquivar una o dos catástrofes!
¿Burbuja y Bombín llegarán a realizar su increíble espectáculo de magia?
Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer.
Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de monstruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo?
De pronto, empiezan a aparecen marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.
Me veo bonita porque me he perdonado.
He dejado de culpabilizarme por haber tratado mal a mi cuerpo, por haberme dedicado palabras de reproche.
Me he prometido quererme y cuidarme como a la persona más importante de mi vida.
Cuando vivimos un hecho traumático, no podemos imaginar cómo van a responder nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Berta Caparrós poco a poco descubrió que para sanar tenía que aprender a quererse.
Una historia transformadora sobre el poder de la autoestima.