Una fantasía romántica repleta de aventuras, magia, amor, peligro y traiciones.
Cuando el enemigo reclama tu vida solo existe un camino…
Rogvall nos ha declarado la guerra.
Llevo preparándome para ser reina de Aisha del Norte desde que era una niña, por eso sé que corremos un grave peligro.
Nuestra eterna enemistad con los elementales ha provocado guerras y muertes durante milenios. Por desgracia, el pasado nos persigue, y la única manera de evitar un nuevo derramamiento de sangre es ofrecerle mi vida a Rogvall, eso o tratar de equilibrar la balanza encontrando la manera de arrebatarle sus poderes.
El Alto Mando y mi padre quieren protegerme y dejarme al margen de la expedición, pero esa es una actitud egoísta que no voy a permitir, aunque para ello tenga que simular que Marcus, el hijo del capitán general de Aisha del Norte, me ha embaucado para que me suba en su carromato y abandone la seguridad de mi hogar.
Sé que es una locura, sobre todo porque no acabo de entender en qué momento mi enemistad con Marcus se ha ido transformando en un deseo incontrolado de besarlo.
¿Hay que seguir apostando por el amor por muy inoportuno e inevitable que sea, o aceptar que algunas veces puede convertirse en un punto muerto entre lo que pudo ser y lo que nunca será?
Josh siempre lo ha tenido todo fácil: es una persona que cae bien, con una novia maravillosa, un trabajo de paso y unos amigos que comparten sus gustos. Es feliz con poco, sin problemas.
Entonces, conoce a Alessandra. Venida de Italia, llega para trabajar con él en el Madame Tussauds. Ella también tiene novio, amigos y una vida. Sin embargo, en cuanto congenian Josh sabe que ya no hay vuelta atrás.
Porque de la amistad al amor hay un paso, y ellos no hacen más que bailar en esa línea fina que los separa.
Eso son problemas, errores y demasiados asuntos que Josh no sabe gestionar.
Pero si Less de verdad es su alma gemela, ¿está dispuesto a sacrificar la facilidad de su vida por tirarse al vacío?
Un clásico contemporáneo del amor juvenil
Violet está rota. Finch está roto. ¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse?
Esta es la historia de una chica que aprende a vivir de un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para empezar a vivirlos.
Una novela íntima y sensible sobre la pérdida, el amor y los caminos que nos pueden ayudar a reencontrarnos con nosotros mismos.
Lolo ya no está, y es un dolor que Ana no logra poner en palabras. Como una forma de abrazarse, dibuja en su libreta y esboza poemas al ritmo de la música que suena en sus auriculares. Una fuerza desconocida la empuja hacia adelante, a pesar de todo. Pero los recuerdos la siguen despertando por las noches y durante el día se encuentra soñando con volver a ver esos ojos enormes. Hasta que una puerta se abre, y del otro lado el corazón de Ana vuelve a latir. Una novela íntima y sensible sobre la pérdida, el amor y los caminos que nos pueden ayudar a reencontrarnos con nosotros mismos.
Una flor blanca puede ser el final o el principio de todo.
Mi nombre es Luke y mi vida dio un giro en el momento más inesperado.
Perdí todo lo que tenía y los días pasaron a ser un eterno bucle en el que sentía que me faltaba algo. Una razón por la que sonreír. Intenté sobrevivir, seguir hacia delante, pero era complicado cuando ni siquiera era capaz de encontrar lo más importante: a mí mismo.
You’d think being abducted by aliens would be the worst thing that could happen to me. And you’d be wrong. Because now the aliens are having ship trouble, and they’ve left their cargo of human women—including me—on an ice planet.
We’re not equipped for life in this desolate winter wasteland. Since I’m the unofficial leader, I head out into the snow to look for help.
I find help all right. A big blue horned alien introduces himself in a rather . . . startling way. Vektal says that I'm his mate, his chosen female—and that the reason his chest is purring is because of my presence. He’ll help me and my people survive, but this poses a new problem.
If Vektal helps us survive, I’m not sure he’s going to want to let me go.