Nadie dijo que crecer sería fácil, pero Jules no esperaba que fuera tan abrumador: la relación de sus mejores amigos está dañada, su mamá no está lista para soltar el pasado y los problemas con su novio Evan parecen no acabar.Jules está segura de que no hay forma de empeorar la situación... hasta que su cercanía con Shane la hace cuestionar sus verdaderos sentimientos hacia el chico que por mucho tiempo juró odiar. Elegir entre Evan y Shane no debería ser difícil: uno es su guapísimo y misterioso novio; el otro es... un idiópido, pero tantos problemas nublan el juicio de Jules y le impiden dar el siguiente paso.Ahora, no sólo tendrá que enfrentarse a la incertidumbre de lo que vendrá cuando se gradúe, sino que su corazón deberá tomar una decisión que cambiará su vida para siempre.
Zeke Collins es un jugador de fútbol americano arrogante, el mejor amigo de mi hermano… y tan exasperante como atractivo.Como si las cosas no fueran ya bastante difíciles siendo la única chica en un equipo de fútbol americano universitario, el entrenador tuvo que asignarme a Zeke como compañero de piso. Lo odio, y con razón: cree que, como crecimos juntos, tiene que protegerme, pero lo único que hace es interponerse en mi camino, hacerme parecer débil y enfadarme aún más.Le digo que puedo con todo y estoy empeñada en demostrárselo tanto a él como al resto del mundo. La presión no me afecta, pero ¿compartir paredes tan delgadas con Zeke Collins? Para eso sí que no estaba preparada.Y cuanto más nos vemos obligados a estar juntos, más difícil es distinguir esa delgada línea entre odiarlo… y desearlo.
Nora es una buena chica. Responsable y sensata, procura llevar una vida discreta como influencer, alejada de los viejos hábitos que la definían hasta hace unos años. Sin embargo, va a pasar el verano en su pueblo, y eso la aterra y emociona a partes iguales. Cantaroja saca su lado más salvaje e imprudente. Y Nora no puede permitírselo.
Marc, en cambio, está lejos de ser un buen chico. Es el hermano pequeño de su mejor amiga, le gustan las emociones fuertes y no disimula su atracción por Nora. Para colmo, son vecinos. Marc es, precisamente, el tipo de compañía que Nora necesita evitar a toda costa.
Separados por escasos metros de terraza y con vistas a sus respectivas habitaciones, resistirse a la adrenalina que sienten cada vez que están juntos no será nada fácil…
¿Puede un solo verano alterar el rumbo del resto de sus vidas?
¿Qué sucedería si te reencontrases con tu primer amor?
Nicholas Moir y Giselle Joyce se hicieron amigos desenterrando deseos que los habitantes de Deaton Crest escondían bajo las flores de la plaza del pueblo. Pidieron un deseo en voz baja: volverse a ver. No imaginaron que el destino lo cumpliría de la peor forma, provocando que los Joyce acogieran a Nicholas en su hogar tras el fatal accidente de los Moir.
Cuando la tragedia vuelve a unir sus caminos tras cuatro años separados, los retales de la historia de amor que mantuvieron a escondidas durante la adolescencia vuelven a latir. Regresan el rumor de la playa, el jardín de amapolas, los besos de buenas noches que erizaban la piel… Y cada velada observando el cielo nocturno que dictaminaba las horas que podían pasar juntos.
Los corazones tienen memoria y los suyos se niegan a olvidar. Pero ¿es posible seguir enamorado de alguien con el transcurso del tiempo o solo nos aferramos al calor de los recuerdos?
Un slow burn altamente adictivo.
A veces los mejores planes son los inesperados.
Zoe y Axel son polos opuestos y, a la vez, muy similares.
A él le encantan las matemáticas; ella las odia.
Él es reflexivo; ella da muy pocas vueltas a las cosas.
A él no le gusta el chocolate; a ella no le importaría alimentarse de por vida a base de dulces.
Los dos creen que no encajan, los dos agradecen el silencio y los dos desconocen lo que uno siente cuando se enamora.
Aunque quizá el punto de unión más importante entre ambos es que los dos están a punto de averiguarlo.
¿A qué nos referimos cuando deseamos que nuestros hijos, alumnos y amigos sean personas de éxito? ¿A tener muchas riquezas, fama y likes, o a ser buenas personas que puedan construir relaciones sólidas y positivas, con una autoestima sana y cuya honestidad, bondad, esperanza, justicia... sean su carta de presentación? ¿Qué es más importante para alcanzar una vida buena? ¿Qué legado como padres o maestros deseamos dejar en nuestros hijos? La huella que dejemos en ellos será el punto de mira que marquen en el horizonte para aspirar a una vida con sentido.
¡Soy una buena persona! es un libro de valores ilustrado a todo color que ayuda a desarrollar una personalidad bella, buena y verdadera en nuestros menores.
RESPETO, GENEROSIDAD, AMOR, JUSTICIA, ESFUERZO, RESPONSABILIDAD, GRATITUD, PACIENCIA, COMPASIÓN, PERDÓN, BONDAD, y ESPERANZA.