Hace mil años, Dianna sacrificó su vida mortal en los desiertos de Eoria para salvar a su hermana. Rezó a cualquiera que la escuchase, sin saber que quien respondería a sus plegarias sería un monstruo peor que cualquier pesadilla. Convertida ahora en villana, Dianna tiene que robar una reliquia de las criaturas que la han estado acechando.
Han cambiado muchas cosas desde que Liam se llamaba Samkiel, allá en el viejo mundo, pero algo sigue igual: es el Destructor de Mundos, un mito para sus enemigos, un rey y héroe para quienes le son leales. Tras la Guerra de los Dioses, Liam abandonó su corona y sus responsabilidades, dejando a su suerte a quienes más lo necesitaban. Pero cuando atacan a sus seres queridos, vuelve al reino al que nunca quiso regresar y a las zarpas del enemigo al que apresó hace milenios.
Encantador, peligroso y lo suficientemente inteligente como para ocultarlo, a Christian Harper le resulta poco útil la moral y aún menos el amor, pero no puede negar la extraña atracción que siente hacia la mujer que vive justo un piso debajo de él. Ella es el objeto de sus deseos más oscuros, el único rompecabezas que no puede resolver. Y cuando surge la oportunidad de acercarse a ella, rompe sus propias reglas para ofrecerle un trato imposible de rechazar. Todos tenemos un punto débil. Ella es el suyo.
Su obsesión.
Su adicción.
Su única excepción.
Dulce, tímida e introvertida a pesar de su fama en las redes sociales, Stella Alonso es una romántica que mantiene su corazón a buen recaudo. Entre sus dos trabajos, tiene poco tiempo y ninguna gana de iniciar una relación. Pero cuando una amenaza del pasado la lleva a los brazos (y a la casa) del hombre más peligroso que jamás haya conocido, caerá en la tentación de permitirse sentir algo por primera vez en mucho tiempo. Porque, a pesar de la naturaleza fría de Christian, él la hace sentir completa cuando están juntos.
Apasionada.
Protegida.
Anhelada.
El suyo es un amor amenazado por mentiras y secretos... y cuando las verdades por fin salgan a la luz, podrían destrozarlo todo.
Un mundo en la oscuridad.
Una chispa ardiente.
Un fulgor de las estrellas.
Bryce Quinlan nunca esperó ver otro mundo diferente a Midgard, pero, ahora que lo ha hecho, lo único que quiere es regresar a su hogar. Todo lo que ama está en Midgard: su familia, sus amigos, su pareja. Atrapada en un mundo extraño, necesitará hacer acopio de todo su ingenio para poder volver a casa... y no será una tarea fácil, porque no tiene ni idea de en quién puede confiar.
Hunt Athalar se ha visto envuelto en bastantes líos a lo largo de su vida, pero este podría ser el más complicado. Después de conseguir todo lo que siempre quiso, ahora está de nuevo encerrado en los calabozos de los Asteri, sin conocer el paradero de Bryce. Está desesperado por ayudarla, pero mientras no pueda escapar del yugo de los Asteri, tiene las manos atadas. Literalmente.
En esta atractiva y emocionante secuela de Casa de tierra y sangre y Casa de cielo y aliento, la serie de Ciudad Medialuna alcanza un nuevo clímax.
Ella no le pertenece a él. Pertenece a la corona.
El trono nunca fue el destino de Tristan Faasa. Eso quedaba para su hermano, Michael, el mismo que fue responsable de la infancia atormentada de Tristan y de la cicatriz que le cruza la cara. Tras la muerte de su padre, Michael está decidido a subir al trono, y Tristan, a robárselo: como líder de una rebelión secreta, no se detendrá ante nada con tal de poner fin al reinado de su hermano. Pero la llegada de Lady Sara Beatreaux, la prometida de Michael, hace estallar otro tipo de guerra,una en la que Tristan ya no sabrá qué le importa más, si la corona o la mujer que está a punto de ceñirse las sienes con ella.
Sara tiene un plan: casarse con el rey y acabar con la dinastía Faasa, aunque eso ponga en peligro su propia vida. Pero no contaba con el Príncipe Marcado. Es peligroso. Está fuera de su alcance. Es uno de los hombres a los que tiene que matar. Pero la frontera entre el odio y la pasión nunca ha sido tan delgada y, cuandolos secretos salen a la luz, Sara ya no sabe en quién confiar, desgarrada entre la venganza y el villano al que no debería amar.
Nunca pospongas las cosas importantes de la vida
«Me aprendí el nombre completo de Maeve, su canción favorita y todas las cosas que la hacían reír mucho antes de aprender a contar hasta diez.»
Maeve no sabe mucho sobre sí misma. Solo que no deja de pensar en si su madre cumplió todos sus sueños antes de morir, que la relación con su novio va cada vez peor y que está cansada de que todos sus días sean iguales.
Cuando, por un impulso, acaba comprando un billete solo de ida a la otra parte del mundo para volver al pueblo en el que vivió cuando era niña, lo que menos esperaba era reencontrarse allí con el que fue su mejor amigo de la infancia.
Connor siempre supo que tarde o temprano Maeve regresaría. Lo que nunca pensó es que fuera a ser así.
Tan caótica. Tan perdida. Como si aún estuviera por definir.
Si el miedo de ambos es desperdiciar sus vidas sin haber hecho nada que merezca la pena, ¿qué mejor que escribir una lista con todo lo que quieren hacer antes de morir y cumplirla juntos?
Todos esperaban que Violet Sorrengail muriera en su primer año en el Colegio de Guerra de Basgiath, incluso ella misma. Pero la Trilla fue tan solo la primera de una serie de pruebas imposibles destinadas a deshacerse de los pusilánimes, los indignos y los desafortunados.
Ahora comienza el verdadero entrenamiento y Violet no sabe cómo logrará superarlo. No solo porque es brutal y agotador ni porque está diseñado para llevar al límite el umbral del dolor de los jinetes, sino porque el nuevo vicecomandante está empeñado en demostrar a Violet lo débil que es a menos que traicione al hombre que ama.
Aunque el cuerpo de Violet es más frágil que el de sus compañeros, su fuerza radica en su ingenio y voluntad de hierro. Además, los líderes están olvidando la lección más importante que Basgiath les ha enseñado: los jinetes de dragones crean sus propias reglas.
La voluntad de sobrevivir no será suficiente este año, porque Violet conoce el secreto que se oculta entre los muros del colegio y nada, ni siquiera el fuego de dragón, será suficiente para salvarlos.