Enrique y Elisa aman las ranas, pero su mamá las detesta. Un sábado Enrique amanece muy enfermo. Temiendo que un mosquito le haya ocasionado dengue, su familia procura bajarle la fiebre, con un baño de agua fría. Todo estará bajo control siempre y cuando a su madre no se le ocurra mirar entre las poncheras que hay en el baño. Podría saltar una rana.
In My Very First Book of Words, children can match the picture in the bottom half with the word in the top half. Which one is the car? Which one is the fish? Only you can match them. Children will love solving the puzzles of these clever, vibrant books.
One goose. Two ducks. Three friends. All the favorite characters, including Bluebird and Thistle, return to illustrate numbers 1 to 10, and children will love to follow along with the simple text and all-new original art.
Be sure to look for other books in the series by Tad Hills!
Desde que su papá murió en un accidente, Rafelito no ha vuelto a ser el mismo, se muestra huraño y triste. Extraña demasiado a su padre y rechaza los intentos de acercamiento de su mamá, quien también está sufriendo. Hasta que tiene un sueño que lo hace comprender y cambiar de actitud.
Al quedar huérfano, Juan se va a vivir con su tía en un barrio de la Capital. El muchacho se da a querer en el vecindario y se integra con facilidad al nuevo ambiente. Como tiene un gran corazón, empieza a ayudar a un joven, miembro de una banda, que desea dejar ese tipo de vida. ¿Se da cuenta Juan de los riesgos que corre?
Mariana sale de su casa dando un portazo. Está enojada porque sus padres no le han permitido quedarse en casa. De camino a la escuela, junto a su amiga Patricia, observa las escenas que la rodean y desea ser mayor para ya no tener que ir a la escuela. Cuando va pasando frente a una vitrina con un letrero que promociona cierta playa, algo muy extraño empieza a suceder y Mariana se verá arrastrada a una increíble aventura.
Rebeca se enfrenta a un reto importante: batear un jonrón para que su equipo gane el trofeo en un torneo de béisbol con niñas de otros países, celebrando en Nueva York. Su padre y su madre la han entrenado muy bien y, confiada, ella siente el sudor corriéndole por la espalda mientras aprieta el bate con fuerza. En otros dos cuentos, Anita descubrirá qué hacer para no olvidar sus tareas diarias y José Rapidez, varado en una isla, aprende a obedecer y a no se tan imprudente.