Simón Bruma es el escritor favorito de Óscar, que devora sus novelas fantásticas. ¿Por qué no intentarlo? Así conocí a Noviembre, y juntos protagonizamos una aventura que nunca he podido olvidar. Todo empezó con el bisabuelo de un dragón.
Hay un barco que surca cada noche los cielos del mundo para recoger las palabras que han quedado suspendidas en el aire.
A bordo viaja una familia de pescadores. Nadie conoce sus nombres. Más allá de las nubes, donde sólo llegan los que tienen alas, todos los llaman los pescadores de palabras. Con redes tejidas de estrellas recogen palabras de todo tipo y tamaño, pero hay una, grande y brillante, que no pueden atrapar, aunque es tan bella y luminosa que no pueden renunciar a ella.