Duncan’s crayons just can’t seem to stay put!
After convincing one group of crayons to go back to work after they wanted to quit and rescuing another group who got lost in the most inconvenient places, Duncan’s crayons have disappeared once more.
Rabiotón lleva mucho tiempo de color rojo, pero muy muy rojo. Hace tanto que está así que el pobre ha olvidado cuál es su color de verdad y es que ¡está rojo de rabia! Pero Rabiotón tiene un amigo que le enseñará a sacar su rabia de forma sana y a descubrir cuál es su verdadero color.
Todas las emociones son importantes y todas tienen una finalidad. Es normal sentir todo tipo de emociones, y muy necesario expresarlas. La rabia, por tanto, no es mala. Es una emoción más que todos experimentamos a veces y que nos impulsa a actuar. Por ejemplo, nos ayuda a cambiar cosas que no nos gustan, a defender a otros y a nosotros mismos, a levantarnos cuando nos caemos o a conseguir algo que queremos. A nosotros no nos enseñaron a sacar la rabia de forma sana y, cuando nuestro hijo la siente o cuando tiene una rabieta, no sabemos ayudarlo, nos bloqueamos, nos asusta e incluso nos enfada. Pero la rabia no hay que dejarla dentro ni taparla, hay que sacarla sin hacer daño a los demás o a nosotros mismos. Los niños exteriorizan su rabia de formas distintas, a veces gritando, empujando y tirando algo, o a través de una rabieta. Nuestro trabajo como madres y padres es validar esa rabia y acompañarlos y guiarlos para que la gestionen correctamente.
El océano es dinámico, siempre cambiante, misterioso y maravilloso. Tengo la suerte de vivir junto a él, disfrutar de su esplendor y, sobre todo, ser testigo
de muchas de sus maravillas.
La historia de Melody se inspiró en hechos reales. En 2015, una ballena jorobada se separó de las demás y dio a luz a su cría en Bayahibe, República Dominicana, en vez de llegar a los lugares de nacimiento normales de la bahía de Samaná. Hasta el día de hoy nadie sabe por qué.
Junto a buzos y pescadores de Bayahibe, tuve mucha suerte de poder ver, casi todos los días, a la ballena y a su cría, desde enero hasta marzo de ese año.
Se convirtieron en las estrellas de la zona - al menos por un tiempo.
Cuando llegó el momento de su partida a finales de marzo de 2015, los pescadores de la zona informaron haber visto orcas en las aguas que rodean la isla Saona. Nadie sabe si fueron atacados ni si el bebé sobrevivió, pero siempre vivirán
en nuestros corazones.