Tres niñas de nueve años. Tres niñas inseparables. Amigas de por vida, o al menos eso era lo que creían.
Sydney, Rain y Brianna solían ser las mejores amigas durante su infancia en el sofocante desierto de California; deseaban encontrar una manera de huir de ahí. Años después, cada una cumplirá su deseo, pero no de la manera que imaginaban.
Después de un incendio mortal que ocurre en el último año de instituto, nada volverá a ser igual. El drama escolar que envuelve a estas tres amigas se convertirá en un misterio mucho más grande que una simple enemistad.
Sheila Hernández nos regala un relato honesto que refleja los problemas de una generación, en el que el bullying, la depresión, el miedo, el amor, las despedidas y las relaciones familiares están presentes. Nos muestra cómo ella y sus circunstancias le han ayudado a alcanzar su sueño de ser periodista, y a seguir luchando cada día. Nada ni nadie la hizo más fuerte.
Soy joven, no gilipollas es un ejemplo de cómo la resiliencia ante las adversidades nos hace a todos capaces de conseguir nuestras metas.
Tras Asesinato para principiantes, Holly Jackson regresa con un caso aún más intrincado, imprevisible y absorbente.
Pippa no quiere dedicarse a la investigación: el precio a pagar es demasiado alto. Después de resolver el asesinato de Andie Bell, Pippa decidió cerrar esa etapa para siempre. Y, aunque el pódcast que grabó con Ravi sobre el caso se ha hecho viral, insiste en que sus días de detective quedaron atrás…
O eso es lo que ella cree. Porque cuando Jamie Reynolds desaparece y la policía no logra encontrarlo, a Pippa no le queda más remedio que volver a las andadas… Pero esta vez, todo el mundo la vigila.