Solo desarrollas una armadura emocional cuando enfocas el amor como si fuera una batalla en la que tienes todas las de perder.
A Blanca no se le puede decir que Saúl está jugando con ella porque se enfada.
Elena, como buena mejor amiga, tiene una tarea: abrirle los ojos, pero sin perderla. ¿Misión imposible?
Las situaciones desesperadas llevan a tomar medidas desesperadas.
Tal vez si ella misma se busca a un tío tóxico, Blanca verá desde fuera que la están tratando mal y se dará cuenta de que a ella también.
Tal vez esa sea la solución a todos los problemas de su amiga.
O tal vez Marco, un italiano de rizos despeinados, sea el principio de todos los suyos.
Un plan sin fisuras. ¿Qué podría salir mal?
Los monstruos no existen… ¡o eso creías!
Noangy y Betroner solo quieren disfrutar de una cena familiar cuando descubren algo imposible, ¡los monstruos son reales y se han infiltrado en la Tierra! Ahora está en peligro toda la humanidad.
Formarán una inesperada alianza con Espa y Gueti y deberán visitar Isla Monstruo para enfrentarse al terrible Úkom si quieren salvar a las personas que más quieren.
¿Lograrán frenar los planes del monstruo más malvado de la historia?
Un volumen con nueve cuentos breves, divertidos, tiernos y emocionantes, ideales para leer antes de dormir.
Grandes autores: Lorenzo Silva, Fernando Lalana, Esteban Martín, Gabriela Keselman, Sacha Azcona, Julia San Miguel y Paula Merlán.
Y los mejores ilustradores: Merce Arànega, Subi, Violeta Monreal, Anne Decis, Ana Guerrero, Jose Luis Navarro, Nacho Gómez, Arancha Perpiñán y Claudia Ranucci.
- Érase una vez una mujer que lo tenía todo y un chico que no tenía nada.
- Érase una vez una historia de amor entre el éxito y la duda.
- Érase una vez un cuento perfecto.
Elísabet Benavent, @BetaCoqueta, regresa al panorama de la literatura con una novela que explora el significado del éxito en la vida y reflexiona con ironía y humor acerca de las imposiciones sociales, la presión del grupo y la autoexigencia que, aunque cueste creerlo, no es sinónimo de felicidad.
- Érase una vez una mujer que lo tenía todo y un chico que no tenía nada.
- Érase una vez una historia de amor entre el éxito y la duda.
- Érase una vez un cuento perfecto.
Elísabet Benavent, @BetaCoqueta, vuelve al panorama de la literatura con una novela que explora el significado del éxito en la vida y reflexiona con ironía y humor acerca de las imposiciones sociales, la presión del grupo y la autoexigencia que, aunque cueste creerlo, no es sinónimo de felicidad.
¿Qué sucede cuando descubres que el final de tu cuento no es como soñabas?
Érase una vez una mujer que lo tenía todo y un chico que no tenía nada.
Érase una vez una historia de amor entre el éxito y la duda.
Érase una vez un cuento perfecto.
Elísabet Benavent, @BetaCoqueta, regresa al panorama de la literatura con una novela que explora el significado del éxito en la vida y reflexiona con ironía y humor acerca de las imposiciones sociales, la presión del grupo y la autoexigencia que, aunque cueste creerlo, no es sinónimo de felicidad.
Imagínate... Enanitos que no saben muy bien qué hacer con su basura, elefantes ahorrando agua, cangrejos reciclando latas, duendecillos plantando un huerto urbano, marcianitos frioleros que contaminan su atmósfera, dragones que apagan la luz, superhéroes que limpian el bosque…¿Te parece que son historias de un reino muy, muy lejano? ¡Pues no lo son! Como si fueras un personaje de estos cuentos, te animamos a hacer pequeños grandes gestos cada día para ahorrar energía, reciclar, contaminar menos y proteger la naturaleza.
Prentisstown no es como el resto de ciudades. Desde que sus habitantes se infectaron con el germen pueden escuchar los pensamientos de la gente de su alrededor en un Ruido constante y abrumador. No existe la privacidad. No hay secretos.
Todd Hewitt es el único adolescente en esta ciudad de hombres. Este nunca ha sido su lugar. Jamás ha encajado. Hasta que por casualidad encuentra un sitio en completo en silencio. Algo imposible. Un terrible secreto. Y ahora va a tener que escapar antes de que sea demasiado tarde.
Todos los cocodrilos saben llorar, excepto Hugo. Y eso le acompleja mucho. Afortunadamente, tiene una buena amiga con unos cuantos trucos para arrancarle algunas lágrimas por pena, rabia o miedo... ¿Funcionarán?