Después de que una explosión destruyera su barco, el mundo cree que el príncipe Merik, el brujo del viento, ha muerto. Y aunque ha sobrevivido, ahora tiene profundas cicatrices tanto físicas como de otra índole: está decidido a demostrar la traición de su hermana. Ha llegado a la capital del reino, llena de refugiados, y ha contactado con un semidiós desfigurado, Furia, que ofrece justicia a los oprimidos.
Pantanos llenos de peligros, criaderos de dragones foreces, orcos despiadados, voces misteriosas que parecen traídas por el viento... A todo esto deberá enfrentarse el joven elfo Audaz en su largo camino hacia el Reino de las Brujas. Pero también establecerá alianzas inimaginables para luchar sin fin contra el poder de las tinieblas...
Hay historias que nos abren la mente. Hay historias que nos hacen reflexionar. Y también hay historias que nos cambian la vida; El bosque de los susurros es una de ellas. Riley tiene once años y cree en los Susurros: hadas mágicas que te conceden deseos si les rindes tributo. Y Riley tiene muchos deseos: desea que los abusones de la escuela dejen de molestarlo; desea agradarle a Dylan, el chico de octavo curso que le gusta, y también desea dejar de mojar la cama. Pero sobre todo, Riley desea que su madre regrese a casa. Desapareció hace unos meses, y él está decidido a resolver el caso. Incluso se reúne con Frank, un detective, para repasar su declaración de testigo una y otra vez. Frustrado por la falta de avances en la investigación, Riley decide encargarse él mismo del asunto. Así que se va de acampada con su amigo Gary para encontrar a los Susurros y pedirles que traigan a su madre de vuelta a casa. Lo que Riley no imagina es que ese viaje cambiará su mente y sus creencias para siempre.