Tommy y Helsey están a punto de descubrir que el amor de verdad no se puede controlar y que un beso puede hacerte volar hasta tocar las estrellas.
Helsey solo tiene dos reglas:
Nunca te relaciones con los chicos del equipo de fútbol. Nunca seas el centro de atención.
Porque Helsey tiene dos objetivos: Mantenerse en su zona de confort. Conseguir que su secreto siga siendo un secreto.
Solo hay una cosa con la que Helsey no ha contado: Tommy Taylor
Siendo concretos: Tommy Taylor y tener que fingir que son novios para que su familia no piense que es una negada total.
¿Qué podría salir mal?
¿Lo de fingir una relación? ¿Lo de hacerse amigos en el proceso? O, quizás, ¿lo de dejarse llevar? Sí, seguramente será eso último… Lo que Helsey no imagina es lo increíble que va a resultar, cuánto va a reír, cuánto va a soñar y, sobre todo, cuánto va a sentir.
Sheila Hernández nos regala un relato honesto que refleja los problemas de una generación, en el que el bullying, la depresión, el miedo, el amor, las despedidas y las relaciones familiares están presentes. Nos muestra cómo ella y sus circunstancias le han ayudado a alcanzar su sueño de ser periodista, y a seguir luchando cada día. Nada ni nadie la hizo más fuerte.
Soy joven, no gilipollas es un ejemplo de cómo la resiliencia ante las adversidades nos hace a todos capaces de conseguir nuestras metas.
Había una vez un principito que vivía en un planeta diminuto y que soñaba con tener un amigo. Los personajes de la famosa obra de Antoine de Saint-Exupéry, en un precioso libro que, al final, incluye un espejo para jugar con los más pequeños.
¡Bienvenidos a la búsqueda del tesoro, army Spartana! ¿Os atrevéis a vivir increíbles aventuras?
Sparta se ha lanzado a la búsqueda de una antigua y poderosa piedra mágica que está oculta en una isla misteriosa.
Pero no sabe los peligros que le aguardan en su viaje… ¡Se rumorea que la piedra está maldita! Una catástrofe se acerca.
¿Podrá Sparta regresar a casa sano y salvo?