Flow y Stratus han crecido juntos, comparten la afición por las carreras de coches (esas que rozan lo ilegal) y un montón de vivencias y buenos recuerdos del barrio donde jugaron desde pequeños. Pero la rivalidad aumenta en cada competición, sometida a la hábil manipulación de un magnate ambicioso que quiere separarlos y sacar el máximo partido del enfrentamiento entre los que, con el tiempo, han llegado a convertirse en los mejores corredores del mundo. Las apuestas mueven grandes cantidades de dinero y alimentan todo un entorno mafioso. Fomentando las desavenencias entre ambos, el magnate los conducirá a una situación extrema de la que solo saldrán con éxito tras afrontar un gran riesgo y, sobre todo, volviendo a confiar el uno en el otro.
Tras enfurecer a Zeus, el dios Apolo es desterrado del Olimpo. Débil y desorientado, aterriza en la ciudad de Nueva York convertido en un chico normal. Sin sus poderes divinos y bajo la apariencia de un adolescente que disimula sus cuatro mil años de edad, Apolo deberá aprender a sobrevivir en el mundo moderno mientras busca la manera de recuperar la confianza de Zeus. Pero entre dioses, monstruos y mortales, Apolo tiene muchos enemigos a quienes no les interesa que recupere sus poderes y vuelva al Olimpo. Cuando Apolo se ve en apuros, solo le queda un lugar donde acudir: un refugio secreto de semidioses modernos conocido como el Campamento Mestizo.
Todos nos hemos preguntado alguna vez cómo será ese Ratón Pérez que tantos dientes se lleva y deja a cambio una moneda bajo la almohada, pero jamás habríamos podido imaginar una aventura como la que le sucede a Laura en esta historia, donde tiene la oportunidad de comprobar cómo es realmente ese personaje.
El Lazarillo de Tomes es una obra anónima. Debió de escribirse entre 1525 y la fecha de su publicación (1554). Esta pequeña obra sienta las bases de la novela, pues está relatada desde el yo protagonista y logra crear una sólida trama, cuyo hilo conductor es su vida llena de aventuras y aprendizaje. Su continuo cambio de amos le permite además dar una visión crítica de la sociedad de su tiempo. El personaje Lázaro no es realmente un picaro, y su vida no nos deja un sabor amargo.
Publicado en 1554, el Lazarillo es -con el permiso del Quijote- la primera gran novela española. A través de las andanzas de su narrador y protagonista, Lázaro de Tormes, no solo asistimos a un irónico y divertido retraro de la sociedad de su tiempo, sino que también somos testigos de ese proceso universal que es el paso de la infancia a la adolescencia y de la adolescencia a la madurez. La vida de este pícaro, un antihéroe que ha de valerse de su ingenio para sobrevivir, nos ofreceun espejo crítico y, a la vez, reconocible en el que mirarnos. En las desventuras de Lázaro descubrimos muchas de las desigualdades contra las que, aún hoy, seguimos batallando.