Ab Stevenson no es una mujer como las demás. Es una mujer libre de verdad. Y por ello deberá pagar un alto precio. Perseguida por todos, esta forajida no teme enfrentarse a los hombres que se interponen entre ella y sus objetivos. Y llega incluso a secuestrar a un joven para llevárselo como rehén en el momento en que se considera acorralada. Con él, emprende una huida para escapar de un delito del que se la acusa.
Ana acaba de perder a su padre y escribe compulsivamente textos que no acaba, Elena tararea la música de su adolescencia mientras pelea por el trabajo que merece y Sofía... Sofía, que es más joven, solo intenta mantener la lucidez. Estas tres amigas tan distintas lo comparten casi todo; especialmente, los líos, las risas y la sinceridad. Las tres tienen más de cuarenta, mucho pasado y un presente intensito: un ex maravilloso y otro tremendamente egoísta; madres mayores y de todos los colores (la libertaria, la reprochona y la que se ha hundido en el duelo) y, sobre todo, una adolescente que... ¿se podría devolver...? La maternidad, la pareja, la enfermedad, el edadismo, el desempleo... No se perdonan ni un drama, pero Ana, Elena y Sofía encuentran siempre tiempo para avanzar, para reírse y hasta para montar una revolución.
Un día el señor Fidel se encuentra un globo y decide adoptarlo. Juntos comparten muchos momentos cotidianos y son felices. Hasta que después de una sesión de cine y palomitas, el globo se empieza a desinflar poco a poco y, por mucho que el señor Fidel lo intenta, no hay nada que lo anime de nuevo. Solo lo consigue cuando lo deja volar libremente hacia el cielo. El señor Fidel le dice adiós pero pronto encuentra sustituto al ver una cometa atrapada en un árbol.