Paul Gauguin (1848-1903) no estaba hecho para las finanzas. Tampoco duró mucho en la marina francesa, ni como vendedor de carpas en Copenhaugue porque no sabía hablar danés. Empezó a pintar en su tiempo libro en 1873. y en 1876 participó en el Salón de París. Tres años después, exponia junto a Pissarro, Degas y Monet. Vehemente y gran bebedor, Gauguin solía autoadjetivarse como «salvaje». Su íntima pero agitada amistad con el también temperamental Vincet van Gogh llegó a su clímax con un incidente violento en 1888, cuando Van Gogh se enfrentó supuestamente a Gauguin con una navaja de afeitar y más tarde se cortó la oreja. Poco después, tras completar una de sus obras maestras, La visión tras el sermón (1888), Gauguin se trasladó a Tahití con la intención de escaparse de «todo lo artificial y convencional» del mundo.
Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni (1475-1564), nacido en la localidad italiana de Caprese (Toscana), fue un hombre del Renacimiento, atormentado y temeroso de Dios, con un talento prodigioso. Sus múltiples logros en pintura, escultura, arquitectura, poesía e ingeniería combinaron cuerpo, espíritu y religiosidad en visionarias obras de arte que cambiaron para siempre la historia del arte. El famoso biógrafo Giorgio Vasari lo situó en la cúspide del Ranacimiento. Sus coetáneos lo llamaban simplemente il divino (el divino). Este libro proporciona una detallada introducción sobre Miguel Ángel y todas sus formidables obras maestras, sin colas ni multitudes. A través de magníficas ilustraciones y textos accesibles, se exploran la extraordinaria figuración del artista y su famoso estilo de la terribilitá (grandeza trascendental), que permitió la representación del drama humano y bíblico con una escala y fervor irresistibles. Con un recorrido por los centros de poder de la Italia del Renacimiento, analizamos sus principales encargos y su excepcional capacidad para crear composiciones espaciales, ya sea en la famosa Biblioteca Laurenziana en Florencia o en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, cuya bóveda y testero lucen los extraordinarios frescos (1508-1512) del artista. Desde el formidable David hasta el desgarrador dolor y la fe de la Pietá o el vívido drama del Juicio Final de la Capilla Sixtina, este libro constituye una breve pero rigurosa introducción a un verdadero gigante de la historia del arte y a algunas de las obras de arte más faosas del mundo.
Este libro esencial sobre la figura de Toulouse-Lautrec recorre un universo de cantantes, bailarinas, músicos y prostitutas para descubrir a un artísta dotado de un gran empatía, una habilidad figurativa sorprendente y una sensibilidad única para captar la energía y las historias propias de una ciudad.
Leonardo da Vinci (1452-1519), que llenó un cuaderno tras otro con bosquejos, inventos y teorías, no solo es uno de los dibujantes más excepcionales de la historia del arte, sino también un genio y un visionario que anticipó algunos de los mayores descubrimientos del progreso humano, en ocasiones siglos antes de su realización material. Desde las arterias más pequeñas del corazón humano hasta las remotas constelaciones del universo, Leonardo comprendió que la naturaleza y la ciencia estaban inequívocamente conectadas. Sus campos de investigación y su inventiva abarcaban la filosofía, la anatomía, la geología y las matemáticas, desde las leyes de la óptica, la gravitación, el calor y la luz hasta la construcción de una máquina voladora. Leonardo llevó la pintura más allá de la Edad Media con obras como La última cena y la famosísima La Gioconda (o la Mona Lisa), al representar no solo la apariencia física, sino también una cautivadora profundidad e intriga psicológica que continúan atrayendo a multitud de visitantes a París, Milán, Washington, Londres y Roma fascinados por estas obras maestras.
El gran artista Pieter Bruegel el Viejo (h. 1526/31-1569) fue un pintor y dibujante dotado de una inventiva extraordinaria que hizo historia a través de sus hermosos paisajes, sus motivos religiosos, notables por su autenticidad, y su reflejo de la vida cotidiana. Bruegel destaca sobre todo por su representación del mundo campesino y la cultura popular, ganándose el apodo de Bruegel el Campesino. Ya fuera con su retrato de cazadores temblando en medio de la nieve o la escena de una feria bulliciosa, Bruegel elevó la agricultura, las fiestas, las reuniones y los juegos del mundo rural a la categoría de arte.
Este libro reúne las obras más famosas y revolucionarias de Caravaggio, que explican por qué este artista está considerado uno de los pintores más importantes del Barroco y su influencia sobre artistas como Ribera, Vermeer, Rembrandt, Delacroix, Courbet y Manet.