Aunque nunca salió de su tierra natal en los Países Bajos, Rembrandt van Rijn(1606-1669) cambió el curso del arte occidental con su extenso repetorio de pinturas, dibujos y grabados. Su prolífica obra abarca escenas religiosas, históricas y seculares, así como una de las más extraordinarias series de retratos y autorretratos de la historia.
Las cautivadoras imágenes creadas por Frida Kahlo (1907-1954) son, en muchos sentidos, la manifestación de un trauma. Sufrió un accidente de tráfico casi mortal a los 18 años, numerosos problemas de salud, un matrimonio turbulento y varios abortos que le impidieron tener hijos y, sin embargo, supo transformar todas sus aflicciones en arte revolucionario.
En sus autorretratos reales y metafóricos, Kahlo contempla al espectador con una mirada audaz, negándose a ser una víctima pasiva y entrelazando símbolos de su experiencia en un híbrido lenguaje de vida surrealista: pelo, raíces, venas, enredaderas, tentáculos y trompas de Falopio. Muchas de sus obras también exploran los ideales políticos comunistas, que Kahlo compartía con Rivera. La artista describió sus cuadros como «lo más sincero que podía hacer para expresar lo que siento dentro y fuera de mi ser».
Este libro ofrece un amplio repaso de la obra de Kahlo, que descubre su inagotable determinación como artista y su importancia como pintora, icono feminista y pionera en la cultura latinoamericana.
Las obras maestras de Jerónimo Bosch (hacia 1450-1516), tan crípticas como fascinantes, continúan siendo uno de los enigmas más duraderos del mundo del arte. Su contenido intrincado, alegórico y a menudo sorprendente ha cautivado no solo a historiadores del arte, sino también a diseñadores de moda, estrellas del rock, escritores y músicos punk, así como a innumerables discípulos artísticos contemporáneos y modernos.
Aunque arraigado en la antigua tradición holandesa, El Bosco desarrolló un estilo muy sugerente y sumamente subjetivo con el que plasmaba en sus obras el celestial júbilo del cielo y las grotescas torturas del averno. Su obra más famosa y ejecutada con mayor detalle es El jardín de las delicias. En esta obra, así como en otros trabajos suyos también conocidos, su lenguaje artístico combinaba la humildad religiosa con un perspicaz ingenio, al representar versiones pictóricas de proverbios o frases hechas contemporáneas.
Este libro hilvana los escurridizos hilos de la obra de El Bosco para ofrecer una breve visión de un mundo pictórico inquietante y evocador al mismo tiempo.
Pintor, escultor, escritor, cineasta y un auténtico showman, Salvador Dalí (1904-1989) fue uno de los personajes más exhibicionistas y excéntricos del siglo xx. Pionero en introducir en el arte las ideas del psicoanálisis freudiano, es célebre en particular por sus prácticas surrealistas, con ideas tales como los relojes blandos o el teléfono langosta, que se han convertido en iconos del movimiento surrealista y del arte moderno en general.
Dalí solía describir sus cuadros como «fotografías de sueños pintadas a mano». La precisa representación de elementos estrambóticos y su disposición incongruente crean una incitante tensión e interés. El mismo Dalí explicó que pintaba con «el afán de la precisión más imperialista», pero solo «para sistematizar la confusión y contribuir al descrédito total del mundo de la realidad».
Con su peculiar bigote revolucionó el papel del artista representando a un personaje polémico en la esfera pública y creando obras que, además de contemplarse en las paredes de las galerías, podían consumirse en el ámbito de las artes gráficas, la moda, la publicidad, la escritura y el cine.
Este libro descubre las pinturas y la personalidad de Dalí, mostrando no solo su destreza técnica sino también sus composiciones provocadoras y sus temas estimulantes, como la muerte, la decadencia y el erotismo.
Largely self-taught as an artist, Francis Bacon (1909–1992) developed a unique ability to transform interior and unconscious impulses into figurative forms and intensely claustrophobic compositions.
Emerging into notoriety in the period following World War II, Bacon took the human body as his nominal subject, but a subject ravaged, distorted, and dismembered so as to writhe with intense emotional content. With flailing limbs, hollow voids, and tumurous growths, his gripping, often grotesque, portraits are as much reflections on the trials and the traumas of the human condition as they are character studies. These haunting forms were also among the first in art history to depict overtly homosexual themes.