Pocas escritoras de finales del siglo XX y principios del XXI han sido más leídas, han aunado tantos premios, crítica y lectores y han suscitado tal admiración y amor como Almudena Grandes. Lectora voraz, Almudena escribió para que su generación lograra ser tan moderna como lo había sido la de sus abuelas durante la Segunda República. Empeñada en recuperar las huellas de un pasado oculto por la dictadura, investigó, descubrió y ficcionó los márgenes de un país olvidado, haciendo de la memoria el eje central de su obra literaria y convirtiéndose en una rastreadora de personajes y de historias. Pero Almudena no solo tenía el secreto de la literatura, sino que supo acertar con la vida para mantener siempre la alegría intacta. Estas páginas son un viaje por los años y las palabras de una mujer comprometida con su tiempo, pero, sobre todo, con los libros.
Como otras autoras de su generación, Aroa Moreno Durán creció leyendo a Almudena Grandes y tuvo la gran suerte de conocerla. En este libro reivindica su memoria y su obra y, junto con Ana Jarén, le rinde un emocionado homenaje.
En Francia la moderna literatura de viajes tiene un padre indiscutible: Pierre Loti. Un autor tan inusual y prolífico que ha contagiado la pasión por las cosas del mundo a más de una generación de escritores y viajeros, y no solo en Francia. Excesivo, barroco, amante de los disfraces y la heterodoxia, Álex Fraile sucumbió a la admiración por este personaje superlativo; a veces provocador, otras, extravagante o cínico, pero siempre rendido a los encantos de lo desconocido. Desde hace años Fraile ha ido visitando muchos de los lugares donde vivió el famoso marino y escritor francés, ya sea China, Japón, Turquía, Senegal, Camboya, Birmania o Madrid y Andalucía, donde pasó su luna de miel, sin olvidar el país vasco francés, donde murió.
Paco de Lucía no nació siendo una estrella. Vivió de joven a veces en las giras, una vida de aventurero. Aprovechó una reyerta en un restaurante en México para echar mano a dos helados con un amigo e irse sin pagar el almuerzo. Pisó muchos camerinos cutres con espejos rotos y olor a humedad, pero lo recordaba como una época de juventud y libertad. Desde ahí, en un abrir y cerrar de ojos, su nombre en la marquesina de un teatro de ópera en cualquier ciudad del mundo era garantía de colgar el "no hay billetes" dos meses antes de la actuación. Alonso Escacena explora la personalidad del guitarrista a través de cientos de anécdotas, al mismo tiempo que analiza las habilidades tanto humanas como técnicas que hicieron posible su ascenso a la categoría de figura mundial destacada. Paco atrae enormemente a las mujeres. Atrae a la gente, se mete en su piel. Esa expresión seria, los ojos cerrados, ese aire de misterio lo hace atractivo para los jóvenes. Tiene una inteligencia superlativa. Ha conocido la fama, pero lo irrita. La necesita, pero le ha robado la paz y la soledad. Puede tocar durante horas. Pero nunca dice: ¡Hoy he tocado bien! Disfruta de las pequeñas cosas. Busca la compañía de gente sencilla, de Bartolo, un perro sin raza ni pedigrí.
Hannah Arendt es una de las pensadoras más destacadas del siglo XX y continúa siendo hoy, medio siglo después de su fallecimiento, una de las voces más influyentes en la reflexión política actual. Más allá de algunos conceptos, como el de «la banalidad del mal», Hannah Arendt es una aguda crítica y comentarista de la política del siglo XX, cuyas luces y terroríficas sombras vivió y sufrió en primera persona y, sobre todo, anheló comprender.
Esta biografía, escrita por la joven filósofa estadounidense Samantha Rose Hill, expone con claridad y rigor el pensamiento crítico de Hannah Arendt en el contexto de su vida nómada y sus relaciones humanas y sentimentales con destacados intelectuales europeos y estadounidenses, como Walter Benjamin, Karl Jaspers, Martin Heidegger o Mary McCarthy.
Innovadora, curiosa, polifacética y extremadamente aventurera, Agatha Christie se lanzó sin complejos a conquistar con entusiasmo cada uno de los intereses con los que se cruzó, amoldando la vida a su gusto en lugar de encajar en los estándares de su época. Se dice de ella que fue una de las primeras mujeres en volar en avión, y posiblemente la primera británica que montó en una tabla de surf; conducía con increíble destreza en una época en que la mayoría de hombres no poseía coche, y emprendió viajes sin más compañía que su máquina de escribir a lugares tan lejanos que pocas mujeres se hubieran atrevido a ir. En esta amena biografía, el lector emprenderá una profunda inmersión en la vida de una autora cuya trayectoria se escribió con la tinta de los acontecimientos mundiales del siglo xx. También conocerá deliciosas anécdotas, el origen de sus obras más conocidas y los entresijos de su extraña desaparición en 1926, un suceso sobre el que la autora y su familia jamás se pronunciaron.
El 14 de abril de 1955, en el lujoso hotel Crillón de Santiago de Chile, la escritora María Carolina Geel disparó varias veces a su amante y lo mató en el acto. Nunca se conocieron los motivos (hubo quienes dijeron que fue por celos; otros, una forma extravagante de conseguir notoriedad). El crimen fue sonado en la época y le valió a Geel tres años de prisión.
De su estancia en la cárcel (y como ha pasado tantas veces en la historia de la literatura, desde Cervantes hasta Sade, Wilde o Genet), Geel extrajo una ocasión perfecta para escribir, gesto ya de por sí transgresor, pues aunaba la escritura del delito y el delito de la escritura. Más allá de la culpa o la expiación, Geel describe y reflexiona sobre el universo carcelario femenino, un mundo infranqueable y oscuro, en una obra adelantada a su tiempo que mezcla la ficción, el testimonio y la autobiografía, y que resultó de lo más rompedora al hablar de crímenes, de la vida en prisión y del deseo entre mujeres. Por ello, este libro ocupa, por derecho propio, un lugar único en la literatura chilena.