Napoleón es ante todo el hijo de una época de transición, la del paso del viejo mundo feudal a una nueva sociedad burguesa. Encarna todas las contradicciones de esta época, su nombre está asociado a una ambición desmesurada y un poder despótico, a guerras crueles y sangrientas, evoca los horrores de Zaragoza, el saqueo de la Alemania avasallada, la invasión de Rusia. Pero también nos recuerda el coraje y la audacia manifestados en las campañas italianas, el talento que supo atreverse, el hombre de Estado que asestó golpes mortales a una Europa feudal ya decrépita. El historiador soviético Albert Manfred, genuino maestro en el arte de narrar la historia, comienza trazando un excelente retrato del joven Bonaparte, discípulo de Rousseau y de Raynal, jacobino y robespierrista, y defensor de los ideales republicanos de la Revolución, para ir desgranando su evolución gradual y su transformación en autócrata, en avasallador de Europa, en constructor de un Imperio a golpe de bayoneta. Considera que Bonaparte traicionó el gran secreto de sus rutilantes triunfos militares: el entusiasmo revolucionario del pueblo que empujaba a sus soldados, lo que le llevó a su fracaso final. Manfred consigue plasmar en estas páginas todos los matices de un hombre extraordinario, así como los excelentes retratos psicológicos de las numerosas personalidades históricas que le acompañaron, presentando un retrato verídico y fiel de Bonaparte y de la época que alumbró.
En este imponente ensayo, el catedrático de la Universidad de Hampton Krzysztof Sliwa ha construido el edificio de la que es, probablemente, la biografía crítica definitiva del autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Valiéndose de documentos pertenecientes al propio autor y de una vastedad de textos referentes a él, coetáneos y posteriores, Sliwa ofrece la posibilidad de acercarse a la vida del más universal de nuestros escritores. De este modo, las semblanzas del primer biógrafo, Gregorio Mayáns i Siscar (1738), el monumental estudio en siete volúmenes de Astrana Marín y los más recientes trabajos de Canavaggio y McCrory, entre otros, quedan integrados en Vida de Miguel de Cervantes Saavedra.
Aurora Venturini irrumpió como un ciclón en la literatura argentina a los ochenta y cinco años al ganar un premio dedicado a descubrir nuevas voces. El jurado de aquel certamen no tenía noticias previas de ella, y fue tal el desconcierto inicial y el estruendo posterior que provocó, que la anécdota se sigue explicando con cada nuevo libro de Venturini que se publica. Pero ¿quién había sido antes?; ¿por qué no era conocida? Dueña de un estilo excepcional, alejada de los circuitos literarios de la época, Venturini llevó una vida reservada en su ciudad natal, La Plata, desde donde viajaba con frecuencia a Europa en busca de sus ancestros. En sus textos, fue dando forma a una carrera plagada de datos falsos, que contribuyeron a crear la insólita aura de misterio que siempre la acompañaba. Liliana Viola, albacea de su legado, se adentra en su obra —la publicada y la inédita— para rescatar a una genia singular, la genuina autora de Las primas. Esta no soy yo es la biografía de una narradora portentosa, que se lee con el mismo asombro que despierta cualquiera de sus deslumbrantes novelas.
La primera novela gráfica sobre la increíble vida de Andy Warhol, el gran artista pop.
¿Quién fue Andy Warhol?
¿Cuál fue su verdadera historia?
¿Dónde y cómo comenzó su carrera artística?
Desde Pittsburgh, donde creció, hasta Nueva York, donde vivió y conquistó el mundo creativo, esta obra única descubre al joven, ya peculiar desde niño, obsesionado por los cómics.
Narrada a través de esta extraordinaria y original biografía gráfica, esta historia explora la vida y la obra de Andy Warhol y la forma incansable con la que creció como artista hasta convertirse en un gigante del arte moderno.
Durante muchos años, Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, quedó sepultada bajo demasiados estereotipos que no hacían justicia a un personaje fascinante. Este libro rescata a la mujer y al icono que marcó una época, se convirtió en una de las personas más famosas y admiradas del mundo y contribuyó, como pocas, a abrir España a la modernidad. Ella fue el mejor exponente de una aristocracia que se codeaba con escritores y artistas, que abrazaba la cultura y la moda, y que disfrutaba de una vida cosmopolita con amistades por todo el mundo. También fue una mujer que entendió que los títulos no son un privilegio, sino una responsabilidad, y se entregó a miles de obras benéficas.
La duquesa vivió una vida de novela y por estas páginas aparecen paisajes y personajes irrepetibles: de Winston Churchill a la reina Victoria Eugenia o el diseñador Yves Saint Laurent, de Jackie Kennedy a Grace Kelly o Audrey Hepburn, de la Inglaterra de la Segunda Mundial al St. Moritz donde se reunían Onassis y Jean Cocteau, de la España de la dictadura al Estoril del exilio y el Estados Unidos del cine de Hollywood.
Cayetana fue testigo de excepción de momentos históricos decisivos y ella también, discretamente, contribuyó a muchos. Aunque muy pocas veces se haya explicado como merece su implicación directísima en algunos episodios clave de nuestra historia reciente. Hasta ahora.
“A estas criaturas las entiendo y asumo como santos. Gentes llagadas, sufrientes, vitales y extravagantes. Vivieron (algunos lo hacen) al límite de las convenciones. Deflagran las costumbres respetables. Poetas, novelistas, actrices, músicos, cantaores, forajidos de la normalidad, paseantes de infiernos sucesivos, de paraísos artificiales, de realidades estropeadas. Su atractivo es múltiple y dinamitero. Algunos de ellos ayudaron a hacer Historia y otros son necesarios para completarla. Sus semblanzas forman una familia singular, casi una novela de existencias dispuestas como un gran incendio. Como un bosque de creadores que arden y sufren y se divierten y aceptan el riesgo como único dios verdadero.”