Francisco Fuster aborda en este ensayo el proceso de creación, el contexto de recepción y de difusión de El árbol de la ciencia. En cierto sentido, esta novela de Pío Baroja es un episodio nacional: las vicisitudes de un individuo concreto, Andrés Hurtado, los ataques que sufre, los desencantos que padece, ejemplifican y compendian los que sus compatriotas sufren y provocan con su acción o su inacción. El narrador deplora las anomalías clásicas de España, los desajustes que va a ir diagnosticando: la desidia, el abandono, la fuerza bruta, el cinismo. Y lo hace parafraseando a Hurtado, reproduciendo sus sentimientos y sus pensamientos.
Una cuidada, poética e ilustrada antología de relatos en donde la utopía y la pasión por la ciencia se confunden a menudo con la sátira política, social y de costumbres. Nuestra querida Luna, admirada desde la Tierra por los humanos, ha sido venerada como una diosa pero también anhelada como vía de escape hacia un mundo alternativo. Ya desde la Antigüedad proliferaron los relatos de viajes fantásticos, oníricos y utópicos; aventuras legendarias que quisieron buscar un más allá ideal, filosófico o paródico. Este libro recoge una selección de viajes a la Luna anteriores a la visionaria obra de Julio Verne, que consagró la ciencia ficción para la modernidad, comenzando con la pionera aventura que narra Luciano de Samósata. Desde los clásicos griegos, el tema del viaje lunar ―entre divertimento, ciencia y filosofía― tiene una larga historia que pasa por el medievo y el Renacimiento y desemboca en la moderna astronomía a partir de Kepler. Posteriormente, Godwin, Wilkins y otros teóricos del siglo XVII elucubraron acerca de la posibilidad de colonizar el mundo lunar. Las obras fantasiosas, humorísticas y filosóficas de Cyrano de Bergerac y Voltaire complementan esta sugerente selección de travesías. Un itinerario por la Luna acompañados por la sabiduría y experiencia de dos grandes argonautas: Carlos García Gual y David Hernández de la Fuente.
¿Qué hace que un poema sea bueno? ¿Qué significa eso? ¿Y cómo se escribe un poema así? Solemos asociar los poemas a conceptos difíciles de definir como el misterio y la inspiración, dos palabras que están muy relacionadas con la poesía, sí, pero que no ayudan mucho a la hora de intentar encontrar un método práctico y útil para escribir poemas que convoquen la emoción en los lectores. Este curso propone una aproximación estratégica y técnica a la escritura poética, desentraña los mecanismos internos que posee todo poema y nos indica un camino para superar la dificultad que implica siempre la creación poética.
Mecánica poética desmitifica la poesía ofreciendo explicaciones sencillas para los fenómenos complejos que ocurren dentro del poema. Este manual está pensado para acompañar a quien escribe poemas, pero también para ayudar a quien quiera disfrutar más de su lectura. Ben Clark pone sus años de experiencia al servicio de los poetas que quieran profundizar en su escritura con un lenguaje cercano, ameno y que invita a la creación.
Moses ben Maimon, o Maimónides (1138-1204), nació en Córdoba, de donde tuvo que huir a los trece años por culpa de la persecución durante la época almohade a todas las personas que no profesaran la fe islámica. Después de un largo exilio, su familia pasó una década en la península ibérica antes de instalarse en Marruecos. Desde allí, Maimónides viajaría a Palestina y Egipto, donde moriría en la corte de Saladino. Estudioso de las leyes judías, médico y filósofo, Maimónides es un personaje bastante singular. Su trabajo extrayendo de la Torá y el Talmud los principales preceptos de las leyes judías, interpretándolos y comentándolos, sentó las bases para traducir la palabra de Dios y hacerla más accesible a todo tipo de audiencias. Como médico, por otra parte, su fama fue inmensa, y se guiaba casi por completo por la razón y la observación cuando atendía tanto al propio sultán como a todos aquellos que se le acercaban en busca de diagnóstico. En esta biografía, Alberto Manguel analiza el alcance universal de la figura de Maimónides, celebrado tanto por judíos, como por cristianos y musulmanes. Hoy en día, cuando la necesidad de racionalidad y de búsqueda de la verdad es más vital que nunca, Maimónides puede ayudarnos a encontrar estrategias para sobrevivir con dignidad en un mundo incierto.
El Romanticismo eligió Andalucía y reinventó su paisaje montañoso y multicolor, sus recónditas y arriesgadas sendas, sus misteriosas ruinas, el trazado peculiar de sus pueblos y ciudades, y, sobre todo, su ambiente vivo y popular, atrajeron la sed de aventura y la moda viajera de unos europeos que huían del racionalismo y la modernidad. El turismo de los inicios venía protagonizado por las élites británicas de las más ilustres universidades: intelectuales, historiadores, anticuarios o científicos que descubrieron un país ignoto con una historia milenaria, distinta y distante del turismo de masas de la actualidad.
El ser humano ha sentido siempre una fascinación innata por las historias. La habilidad de narrar aquello que nos circunda, de imaginar otros mundos, se considera un don. ¿Se puede aprender a narrar? Se puede y es necesario hacerlo. Saber narrar es un instrumento imprescindible para todos aquellos que sienten la necesidad de contar, a través de imágenes o de palabras, y no sepan cómo empezar. No es estrictamente un manual de creación literaria, periodística o cinematográfica; es esto y mucho más, es una hoja de ruta diseñada para potenciar la creatividad de los grandes narradores anónimos que a menudo se esconden entre las hojas de un libro, de un periódico en una sala de cine.