La historia de cualquier incendio es la historia de un olvido, por eso casi nadie recuerda lo que ocurrió el 29 de abril de 1986. Aquel día la Biblioteca Pública de Los Ángeles amaneció consumida por el fuego, cuatrocientos mil libros se convirtieron en cenizas y otros setecientos mil quedaron irremediablemente dañados. Siete horas ardieron las estanterías y las mesas y los ficheros, pero ningún periódico cubrió la noticia porque al otro lado del mundo, entre los bosques densos de la Unión Soviética, ocurría el mayor accidente nuclear hasta la fecha: Chernóbil.
¿Quién querría quemar una biblioteca? ¿Por qué? Susan Orlean se hizo esas dos preguntas y al poco tiempo entendió que el fuego sería apenas un rastro, una línea punteada sobre la que dibujar su personalísima visión del conocimiento y de las personas que creen en él. La biblioteca en llamas es un homenaje a la lectura y el relato de una periodista obsesionada por encontrar al culpable de un crimen contra la memoria. Una investigación que se extendió más de una década y que a cambio nos revela personajes desopilantes, inverosímiles y tiernos.
Charles Simic ha recopilado por primera vez en esta edición más de cincuenta artículos publicados en The New York Review of Books. Llenos de sinceridad, ironía y acidez, son desafiantes y reveladores frente a un mundo lleno de injusticias y contradicciones.
El ganador del Premio Pulitzer no sólo ofrece su particular visión de la literatura, sino que nos regala algunas confesiones de sus experiencias más personales: su infancia en Yugoslavia, su adicción al fútbol y a la cocina, su amistad con Mark Strand, la pena de muerte, la política exterior de Estados Unidos o sus ideas sobre la poesía pasan por estas páginas que muestran el pensamiento de uno de los autores más celebrados de las últimas décadas.
LOS LIBROS SON UNA DE LAS MÁXIMAS EXPRESIONES DE AMOR POR EL CONOCIMIENTO Y LA CULTURA.
Son los libros un recipiente donde reposa el tiempo, un maravilloso objeto que sale victorioso ante el carácter efímero de la vida. De los libros y de las bibliotecas, Emilio Lledó también aprendió el diálogo y la libertad de pensar. Lo demuestra a través de una serie de textos, que hablan de la memoria, del lenguaje, del origen de la escritura, de nuestra capacidad de crear, de la lectura como elemento imprescindible de nuestra educación, así como de periodismo y comunicación y, en definitiva, de cultura y de cómo con ella adquirimos la libertad de pensamiento.
La «oficina de la nada» es la expresión de Miguel de Molinos escogida como metáfora de este libro: un espacio en el que se reúnen, analizan y clasifican numerosas obras literarias y visuales producidas principalmente en la segunda mitad del siglo XX y los inicios del siglo XXI que intentan representar, materializar o producir el efecto de la nada. En cada capítulo se despliega una secuencia de motivos, soportes y estrategias recurrentes que han surgido en el ámbito de la narrativa, la poesía y la literatura digital, los libros de artista y el arte conceptual. Como se podrá observar, estos gestos, a veces serios y profundos, otras veces absurdos e irónicos, ponen al desnudo las estructuras culturales, políticas y económicas en que se sustenta aquello que aún entendemos por experiencia estética. Los archivadores de esta oficina acogen, también, una tradición sorprendentemente rica tanto en experimentaciones creativas como en reflexiones filosóficas y religiosas, particularmente de la teología negativa. Se ofrece así un marco de comprensión más amplio y complejo en el que la inefabilidad de la experiencia mística se superpone con las tensiones del lenguaje y la representación en las poéticas negativas contemporáneas.
Esta valiosa obra, la primera de un autor occidental, constituye un aporte fundamental para el conocimiento no solo de la literatura coreana, su objetivo primero, sino también de la historia y la cultura de un pequeño gran país de unos tres mil años de existencia. Publicado en 1996, el texto conserva una extraordinaria riqueza informativa y de reflexión que nos conduce certeramente a lo largo de los diferentes períodos históricos y culturales de Corea. Se aprecian en la obra el cuidadoso estudio de las características de sus géneros literarios, el análisis de las obras y sus autores principales, el contexto histórico en que se manifiestan, todo ello expresado con una manifiesta voluntad pedagógica y una clara exposición. Su autor, el Dr. Maurizio Riotto, es una autoridad en los estudios coreanistas y un referente obligado para quienes deseen conocer en profundidad los valores de una cultura, la coreana, que desde fechas relativamente cercanas atrae la curiosidad ocidental.