Supera tus luchas. Realiza tus anhelos más profundos. Toda tu vida te espera.
Hoy en día, muchas personas luchan con niveles de ansiedad, dolor, duda, culpa y vergüenza sin precedentes. Los profesionales de la medicina y la salud mental confirman que gran parte de la disfunción y la desconexión que experimentamos en la vida proviene de heridas relacionales y emocionales no resueltas. Estas heridas nos dejan con anhelos dados por Dios insatisfechos que tratamos de satisfacer mediante comportamientos y relaciones poco saludables. Sin embargo, nuestras luchas no son aleatorias; son señales que, cuando se atienden, pueden allanar nuestro camino hacia una vida próspera.
En esta guía de estudio revisada y actualizada de 30 lecciones, el Dr. Charles Stanley guía a los lectores a través de 30 Principios de vida que se encuentran en la Palabra de Dios y que han moldeado y cambiado su vida.
Dios ha dado estos principios para guiarnos, consolarnos, instruirnos y enseñarnos cómo vivir vidas cristianas triunfantes. Cuando abrimos Su Palabra y comenzamos a estudiar estas verdades, obtenemos esperanza para el futuro y nuevas perspectivas en Sus promesas y bendiciones. Encontramos que la vida no tiene que ser una lucha constante: ¡puede ser una aventura emocionante! Esto comienza con nosotros al estudiar la Biblia para poder aprender acerca de Dios, conocer Sus caminos y seguir Su asombroso plan para nuestro futuro.
Cada lección incluye lo siguiente:
Escritura Clave: el versículo o pasaje principal en el que se basa el principio
Preguntas de la vida: una breve enseñanza del Dr. Stanley que descubre el principio
Lo que la Biblia dice: preguntas de estudio de la Biblia para ayudar a los lectores a explorar el principio
Lo que significa: conclusiones clave para poner en práctica
Ejemplos de vida: preguntas prácticas para ayudar a los lectores a aplicar el principio
Vivir el principio: Una enseñanza de cierre sobre cómo vivir el principio
Lecciones de vida para recordar: un resumen de los puntos importantes para la lección
El secreto para amar a la gente que es difícil de amar es amarla de todos modos...
Jesús aconseja que “se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” (Juan 13:34 NVI). Suena maravilloso, amar a todos como Jesús lo ama a usted. Pero, a menudo, la realidad de vivir de esta manera es más desafiante o puede parecer imposible, porque muchas personas son simplemente difíciles de amar.
Probablemente usted sepa esto por experiencia personal. Tal vez sea un compañero de trabajo poco amigable, un vecino entremetido o alguien de su familia o su ex pareja. Y más en estos días, donde las redes sociales y otros medios de internet son fuentes comunes de comunicación hostil. No obstante, Dios quiere ayudarle a amar a los demás como Él lo ama a usted, incluso a quienes son más difíciles de amar.
En este libro, Joyce Meyer comparte la sabiduría práctica de la Biblia y sus experiencias personales sobre cómo superar los obstáculos para amar a las personas difíciles. Descubrirá cómo ser un pacificador en circunstancias tensas o incluso volátiles, convertirse en una persona que no se ofende fácilmente, saber cuándo adaptarse a los demás y el secreto para amar como Jesús cuando parece imposible hacerlo.
Con la ayuda de Dios, puede convertir las interacciones frustrantes en agradables y traer la paz que apaga el fuego de la contienda cuando estallan las discusiones. No tiene que vivir bajo una nube de intimidación o temor al tratar con personas difíciles, ya sean conocidos o personas cercanas a usted. Cuando aprenda a amar como Jesús, ¡será libre de amar a la gente que es difícil de amar!
Cuando venimos al señor, quedamos asombrados al ver tantas
necesidades espirituales que tenemos y no nos damos cuenta hasta
tener un encuentro con Cristo.
El morir al YO es un camino a la vida eterna, por eso la iglesia de
Cristo está hecha para llevarnos a su Gloria, pero no hay dudas que
habrá pruebas. La solución a nuestras pruebas está en nuestras
manos.
Este libro nos enseña como menguar a nuestro yo y dejar que Cristo
crezca en nosotros. La fidelidad de Dios es un consuelo para quienes
necesitamos cambiar esos viejos paradigmas que nos han
esclavizados y no nos dejan crecer.