Existen problemas globales que no forman parte de la agenda política de los gobiernos nacionales, aunque de su solución dependa la supervivencia de la humanidad: el calentamiento global, las amenazas a la paz mundial, el crecimiento de las desigualdades, la muerte de millones de personas todos los años por falta de agua potable, de alimentación básica y de fármacos esenciales, o las masas de migrantes que huyen de las condiciones de miseria y degradación de sus países.
Pero estas tragedias no son fenómenos naturales, ni tampoco simples injusticias. Por el contrario, son violaciones masivas de los derechos fundamentales estipulados en las diversas cartas constitucionales vigentes, tanto nacionales como supranacionales. La humanidad se encuentra hoy ante una encrucijada de la historia, seguramente la más dramática y decisiva: sufrir y sucumbir a las múltiples catástrofes y emergencias globales, o bien hacerles frente, oponiéndoles la construcción de idóneas garantías constitucionales a escala planetaria, proyectadas por la razón jurídica y política.
Solo una Constitución de la Tierra que introduzca un demanio planetario para la tutela de los bienes vitales de la naturaleza, prohíba todas las armas como bienes ilícitos, comenzando por las nucleares, e introduzca un fisco e instituciones idóneas globales de garantía en defensa de los derechos de libertad y en actuación de los derechos sociales puede realizar el universalismo de los derechos humanos. El proyecto de una Constitución de la Tierra no es una hipótesis utópica, sino la única respuesta racional y realista capaz de limitar los poderes salvajes de los estados y los mercados en beneficio de la habitabilidad del planeta y de la supervivencia de la humanidad.
Las víctimas del franquismo iniciaron hace décadas un camino para plasmar en términos políticos y jurídicos sus demandas de verdad, justicia y reparación. Un objetivo amenazado por el silencio y el olvido institucional que presidió la transición a la democracia y por el revisionismo histórico de quienes se empeñan en clausurar toda rendición de cuentas con el pasado. Este libro analiza los resultados en términos políticos, sociales y legales que se han alcanzado a lo largo de este camino, en el que el desgarrador lamento de Antígona contra Creonte se ve iluminado por el propio viaje existencial e intelectual de Walter Benjamin.
Este libro te puede interesar si: - Estás pensando en opositar y quieres prepararte mentalmente para afrontar este reto. - Eres pareja o familiar de alguien que está preparando oposiciones a Notarías y quieres saber cómo puedes ayudarle en su objetivo (y comprenderle). - Estás pensando en dedicarte a la función pública y no sabes por dónde empezar. - Estás opositando y te gustaría mejorar tu sistema de estudio. - Quieres conocer de primera mano la experiencia de alguien que ha opositado con éxito aplicando su método. - Necesitas sentirte acompañado y tener una hoja de ruta para estudiar la oposición. - Has decidido opositar, pero buscas respuestas a las dudas continuas que te asaltan sobre si estás haciendo o no lo correcto. - Estás a punto de tirar la toalla y abandonar la oposición, pero sientes que debes resistir un poco más. - Quieres aprobar con todas tus fuerzas, pero no consigues mejorar. Esta es una recopilación de anécdotas, consejos de organización y rutinas, de experiencia durante siete años, tres meses y doce días opositando a Notarías, con todos los errores y aciertos que llevaron a la autora de este libro a aprobar la oposición.
Fioravanti realiza en esta obra un estudio sobre los derechos fundamentales y las libertades individuales con todo el rigor que merece una teoría de los mismos, con sus presupuestos doctrinales y de Derecho sustantivo, desde sus orígenes hasta el más inmediato presente. La obra constituye un valioso tratado de teoría general de los derechos, así como un verdadero manual de historia constitucional moderna y contemporánea.
La obra constituye un valioso tratado de teoría general de los derechos, así como un verdadero manual de historia constitucional moderna y contemporánea.
El libro ilustra una serie de doctrinas constitucionales, es decir, de doctrinas que en distintas épocas han tomado la constitución como objeto propio, entendida ésta como ordenamiento general de las relaciones sociales y políticas. Releer estas doctrinas significa penetrar en el tejido vivo de la historia constitucional: desde la polis griega del siglo IV a.e. a través de los reinos, los territorios y las ciudades medievales, hasta los Estados nacionales y las democracias de los últimos siglos. En la Edad Moderna, que ocupa la mayor parte del ensayo, la reflexión sobre la constitución encuentra grandes novedades antes desconocidas: los poderes soberanos; las revoluciones y el poder constituyente; los derechos individuales, que precisamente se quieren garantizar por medio de la constitución, y los Estados nacionales y las democracias contemporáneas. Fioravanti no intenta narrar un suceso unitario, cuya historia pueda desarrollarse desde unos presuntos orígenes antiguos hasta los resultados actuales. Al contrario, narra una pluralidad de sucesos con el intento de reconstruir cada uno de ellos al significado que deriva de su pertenencia a un tiempo histórico preciso, con su propia originalidad y realidad específica. Sobre esta base cada lector valorará a su manera las conexiones que existen entre las distintas épocas y sentirá como más o menos actuales las soluciones ofrecidas en épocas incluso muy lejanas a la nuestra.