José Antonio Fortea, máxima referencia en España como exorcista, sostiene en este trabajo que existen almas errantes, denominadas “presencias”, que en ocasiones poseen a ciertos hombres y mujeres. La hipótesis de que existen almas errantes dejadas para el día del Juicio Final se basa, ante todo, en los testimonios de los exorcismos. Este ensayo no ofrece la prueba definitiva de la existencia de estas almas, sólo indicios para la reflexión. Muchos se preguntan si las almas errantes, pueden entrar o no dentro del esquema magisterial… La opinión del autor es rotunda: hay espacio teológico para la discusión... Sólo hay tres destinos para las almas descarnadas: cielo, purgatorio e infierno. Lo que esta obra defiende es la existencia de una parte del purgatorio que se encuentra “pared con pared” con el infierno. Y no deberemos olvidar que las almas errantes son almas pertenecientes al purgatorio, ni desconocer que el purgatorium es un estado de purificación. Lo que nos lleva a pensar que las almas llamadas errantes -porque vagan por la tierra- o perdidas -porque perdieron su camino hacia la Luz- pueden todavía purificarse. Ambas moradas están próximas, sí, pero sus moradores están en una situación esencialmente diversa.
¿De dónde viene el Tarot? ¿Es realmente portador de un influjo espiritual decisivo? ¿Cómo es que la lectura de cartas puede guiarnos con tanta precisión? ¿Cómo podemos hacer para progresar como lectores? En esta obra, fruto de quince años de experiencia tras la publicación de La vía del Tarot, Marianne Costa revisita las bases históricas, culturales e iconográficas del Tarot de Marsella para ofrecer una estructura de interpretación, en profunda coherencia con la historia del juego, que tiene en cuenta todas sus cartas: arcanos menores y mayores. La ambición de este libro es ofrecer una visión sintética y detallada a la vez que permita, a quienquiera que se sienta atraído por el Tarot, practicar la lectura de las cartas desde un enfoque de profundización personal y de comunicación bienintencionada con el otro. Procura ser accesible tanto para los principiantes como para las personas que ya están familiarizadas con el Tarot.
Tras superar una enfermedad que puso en peligro su vida, Amy tuvo la epifanía de que la curación es algo más que algo físico: si tratar el cuerpo por sí solo no resuelve el problema, entonces el cuerpo por sí solo no es lo que lo creó. Su dramática historia sirve de ejemplo de lo beneficioso que es tratar nuestras energías emocionales, sobre todo cuando nada más funciona.
La autora nos enseña que es importante encontrar en dónde se encuentra el daño o bloqueo e identificarlo con claridad. Descubrir que nuestro cuerpo se comunica con nosotros a través de síntomas es vital para el proceso de limpieza y ajuste que necesitamos realizar.
Tanto si experimentas síntomas físicos y enfermedades crónicas como si simplemente te sientes perdido, triste, con ansiedad o desequilibrado emocionalmente, este libro te mostrará cómo utilizar la autocuración intuitiva para cambiar tu vida.
Sé tú. Sé feliz. Sé libre.
Un libro ameno y riguroso que da respuesta a los misterios más cuestionados de la humanidad.
¿Quién mató a Kennedy? ¿Llegó el hombre a la Luna? ¿Existen los Illuminati? ¿Cómo murió Tutankamon? ¿Cuándo nació Jesús? ¿Cuáles fueron los inventos de Leonardo da Vinci? ¿Cuál es el origen de la esvástica? El equipo de expertos formado por Juan Antonio Cebrián, Bruno Cardeñosa, Jesús Callejo y Carlos Canales se encarga de buscar respuestas a estas y muchas otras grandes incógnitas que la Historia todavía esconde entre sus páginas. Por Enigma desfilan pueblos y culturas míticas, iconos del cristianismo, inventos antiguos, herejes, caballeros legendarios, sociedades secretas, tumbas perdidas de personajes célebres y grandes hallazgos científicos que resultaron fraudes.
Había llegado al límite de su resistencia. Se encontraba en ese momento en que el dolor-el peor dolor, el que produce la soledad de espíritu- amenazaba con desbordar y convertirse en la más insondable desesperación. ¿Qué mejor prueba podía tener de la inexistencia de Dios que su insensato sufrimiento? Aunque si existiera y fuese Dios de bondad, ¿no podría, en su soledad, reclamarle como interlocutor? Este último gesto de esperanza obró el milagro.