¿Hay un Foucault que no conozcamos todavía, o no lo suficiente? Los cursos en el Collège de France, impartidos entre 1970 y 1984, focalizaron la atención de lectores y especialistas en el último Foucault, preocupado por indagar una ética y una estética de la existencia en el mundo grecorromano. Este libro, y otros cursos y trabajos inéditos que irán apareciendo en esta serie, invitan a girar la mirada hacia el joven Foucault, el que entre 1949 y 1954 se gradúa en Psicología y Psicopatología, asiste al "seminario de los miércoles" de Jacques Lacan y trabaja en el hospital psiquiátrico de Sainte-Anne, al tiempo que se propone interrogar desde este campo sus inquietudes filosóficas.
La inteligencia artificial ha nacido cargada de promesas y de amenazas, suscitando a la vez entusiasmos y recelos. Tanto los entusiastas como los temerosos reclaman dotarla de ética para defender y empoderar a los seres humanos y a la naturaleza; algunos incluso aseguran que podremos acabar con las enfermedades, la muerte y crear una especie superior que inaugure un mundo de paz y felicidad.
Ante esta visión tan optimista, ¿hablamos de «ética» o de «ideoogía»? ¿No se está dando por ciencia lo que no lo es para atraer suculentas inversiones, o incluso ganar en la competencia por el poder mundial? Y todo ello mientras en el espacio público triunfa la razón estratégica y se produce el eclipse de la razón comunicativa. Es ésta una pésima noticia si queremos fortalecer la democracia, que está en peligro en el contexto mundial. Y, por supuesto, en España, Europa y América Latina.
Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el mundo fue un lugar mágico y encantado gobernado por fuerzas que estaban más allá de nuestra comprensión. El auge de la ciencia y la división de la mente del mundo por Descartes hicieron del materialismo nuestro paradigma dominante, en el proceso se preguntó si nuestra propia conciencia, es decir, las almas, podrían ser ilusiones. Ahora, el inexorable auge de la tecnología, con inteligencias artificiales que superan nuestra comprensión y control, y la difusión de metáforas digitales para la autocomprensión, las cuestiones centrales de la existencia (identidad, conocimiento, la propia naturaleza y el propósito de la vida misma) requieren urgentemente un replanteamiento. Meghan OGieblyn aborda este desafío con rigor filosófico, alcance intelectual, brío ensayístico, originalidad refrescante y un irónico sentido de la contradicción. Se basa profundamente y a veces con humor en su propia experiencia personal como antigua creyente religiosa todavía obsesionada por cuestiones de fe, y sirve como la mejor guía posible para navegar por el territorio en el que todos estamos entrando.
En pleno éxito editorial de Las palabras y las cosas Foucault escribe El discurso filosófico y luego viaja a Túnez para ocupar un puesto de profesor de Filosofía. No sabemos si llegó a usar el texto en sus clases, pero sí que dejó un manuscrito completo, inédito hasta hoy. Si hasta ese momento Foucault se había ocupado de las ciencias humanas en su conjunto, aquí por primera vez aplica su método de análisis para renovar los relatos trillados de la historia de la filosofía.
La novedad radical de este trabajo, su perfil más original y sorprendente, es la noción de "archivo integral" para pensar el último avatar de la filosofía. Foucault define ese archivo como un conjunto de discursos que solo se relacionan con otros discursos.
Olvidado durante mucho tiempo, el teatro de Sófocles se revalorizó a principios del siglo XX y recobró su condición de ser una de las cumbres de la literatura universal. En ese sentido, la obra que le dedicó Karl Reinhardt es fundamental para desplegar un análisis exhaustivo de cada una de las piezas conservadas, ya que proporciona un admirable enfoque moderno.
Aunque escrito hace décadas, Sófocles sigue siendo más que nunca un libro esencial para entender el teatro del más clásico de los trágicos griegos, y quizá el mejor monográfico que existe sobre el autor. Su vigencia, su profundidad y su actualidad lo convierten en uno de los más brillantes ejemplos de la mejor crítica literaria y de la mejor filología clásica.
Hannah Arendt: el mundo en juego interroga el legado de una de las pensadoras más agudas del siglo XX, cuyas lúcidas reflexiones sobre el totalitarismo, la acción política y la condición humana son cada día más necesarias para indagar nuestro presente. Con un estilo analítico brillante y un profundo conocimiento de la obra de Arendt, ilumina las categorías clave de mundo y natalidad, pilares de un pensamiento que, sin pretender una conclusión definitiva, se entrega a la tarea de comprender la experiencia humana en toda su complejidad.Birulés reconstruye las claves de una obra que desafía las clasificaciones tradicionales, caracterizada por su carácter tentativo y su resistencia a la simplificación. A través de un diálogo con textos clásicos y contemporáneos, devela los gestos conceptuales de Arendt frente a la ruptura de la tradición, la fragilidad de los asuntos humanos y el desafío de comprender las experiencias del siglo XX, marcadas por regímenes totalitarios y crisis globales. Organizado en cinco partes, este libro, lejos de ofrecer respuestas cerradas, abre nuevas vías para interpretar la actualidad a la luz de los dilemas planteados por una de las pensadoras más influyentes del siglo XX.
El juicio y la muerte de Sócrates constituyen un momento emblemático de la civilización occidental. La imagen que tenemos de aquellos acontecimientos (creada por sus seguidores inmediatos y perpetuada a partir de entonces por un sinnúmero de obras de literatura y arte) es la de un hombre noble condenado a muerte por un acceso de locura de la antigua democracia ateniense. Sin embargo, la acusación se centraba en la impiedad y la corrupción de la juventud, y también se sugería que Sócrates era un elitista que se rodeaba de personajes políticamente indeseables, lo cual tenía cierto fundamento desde un punto de vista ateniense.
Con notable pulso narrativo, Robin Waterfield expone todos los elementos que rodearon a uno de los juicios más famosos de la historia y nos ofrece una nueva perspectiva desde la cual puede explorarse toda una época.
Los grandes autores del llamado "siglo de Pericles" fueron discípulos de los sofistas, aquellos maestros que en la retórica ofrecieron al mundo una nueva enseñanza, desarrollando el arte de razonar y abriendo también la vía a todas las formas del pensamiento libre. Con fecuencia atacados y vilipendiados por una tradición ingrata, era necesario analizar qué rol desempeñaron los sofistas en la formación de la cultrua occidental.
Siempre brillante, atinada y rigurosa, Jacqueline de Romilly muestra la influencia de los sofistas en el desarrollo intelectural de la Atenas del Siglo V a. C., en este estudio clásico de la historia de la filosofía, la ciencia política y la religión.
Al contrario de lo que tantas veces nos hace pensar nuestra arrogante ideología del progreso, la mitología no es un ramillete de historias ajadas y fantasiosas, sino el principal reservorio psíquico de la humanidad y, por ende, el origen de toda psicología. Así, desde el principio de los tiempos, los seres humanos han recurrido a los mitos para intentar explicar los misterios de la vida y arrojar luz sobre nuestra propia y extraña naturaleza.