Los trabajos de Rudolf Otto fueron pioneros en la formación de la fenomenología de la religión y el desarrollo del estudio comparado de las religiones. Buena muestra de ello es la presente obra que, mediante una comparación de los grandes tipos fundamentales de la mística oriental y occidental, se adentra en la esencia de e se fenómeno espiritual denominado mística. Gracias a la iluminación recíproca de los rasgos particulares de ambas formas de mística, dicha esencia se pone de manifiesto de manera progresiva. Desde los tiempos primitivos de la especulación mística en la antigua India hasta el idealismo moderno de J. G. Fichte, se descubre una concordancia en los motivos primordiales de la experiencia psíquica de la humanidad que apunta a una afinidad interna del espíritu humano y autoriza a hablar de una esencia unitaria de la mística.Sobre este fundamento surge la segunda tarea que se proponen estos estudios: captar esa esencia unitaria en la multiplicidad de sus diferentes formas típicas posibles, eliminando con ello el prejuicio según el cual existiría «una única mística, siempre idéntica». Solo entonces cabe entender en su peculiaridad a personalidades tan significativas como el alemán Maestro Eckhart, el indioŚankara, el griego Plotino o los místicos de las escuelas del budismo mahayana, evitando que sus aportaciones desaparezcan en la noche común de la «mística en general».
El presente volumen contiene una selección de ensayos breves que muestra cómo las ideas han dado forma al mundo moderno, es decir, cuál es el papel social y olítico -pasado, presente y futuro- de dichas ideas y de sus progenitores. Se trata de la faceta más lúcida y accesible de Berlin, y del punto de partida ideal para quienes no conozcan la obra del autor. La veintena de piezas cubre una gran variedad de temas: la Ilustración, el Romanticismo, la filosofía de Karl Marx, el papel de la inteligentsia, la cuestión judía, la libertad, el realismo en política, el nacionalismo. La obra incluye el último ensayo escrito por Berlin, «Mi trayectoria intelectual», en el que el autor proporciona su propia versión de su desarrollo como pensador, y el texto «Democracia, comunismo y el individuo», la primera declaración pública de Berlin sobre el pluralismo de los valores, el cual se ha convertido en una de sus más célebres contribuciones al pensamiento moral y político.
El presente volumen reúne a algunas de las principales especialistas actuales en arte y género para articular nuevas y necesarias aproximaciones a la Historia del arte. Resultado del simposio internacional del mismo nombre celebrado a raíz de la exposición «Maestras», organizada por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, las diferentes autoras –Griselda Pollock, Rocío de la Villa, Camille Morineau, Lucia Pesapane, Concha Lomba, Menene Gras, Karen Cordero, Carla Subrizi, Mary Kelly y Maite Méndez– abordan en sus textos la aportación de mujeres artistas de la modernidad en diversas coordenadas geográficas y culturales. De la Francia de entreguerras a la India, de España al norte de África, de Italia a México, se pone el foco en el cruce de culturas, la intersección entre arte, raza, sexo y colonialismo, las cuestiones de género y transnacionales que atraviesan el arte de la Edad Contemporánea. Se trata, en definitiva, de explorar la posibilidad de nuevas convergencias entre mujeres artistas de distintos mundos, culturas, tiempos y latitudes.
¿Qué es el hombre? Durante siglos, se le ha pensado como una criatura divina o un ser natural, y su verdad estaba más allá de él: en el Dios que lo había creado o en la naturaleza de la que había surgido. Pero hacia fines del siglo XVIII, el hombre comenzó a buscar en sí mismo su propia verdad: en su cuerpo, en sus sentidos, en su mente, en las condiciones materiales de su existencia, en sus creaciones culturales. Así surgió y tomó forma la antropología en sentido moderno: la pregunta por el hombre de la que el propio hombre es la respuesta. La cuestión antropológica, curso que Michel Foucault dictó en la Universidad de Lile y en la École Normale Supérieure parisina, e inédito hasta ahora, es la historia de este acontecimiento.
Foucault despliega su exploración en una secuencia impecable y sorprendente, ya que pone el foco en autores o textos no siempre obvios. El primer momento nos muestra por qué la filosofía clásica europea (Descartes, Malebranche, Leibniz) permanece sorda a esta cuestión: en los siglos XVII y XVIII el hombre no existe como un ser autónomo o a raíz de saber acerca de su propia voluntad. En el segundo momento, a partir de Kant, el hombre se vuelve el punto de gravitación y fundamento de la filosofía -de Feuernbach a Dilthey, pasando por Hegel y Marx-, y así surge el conjunto de las ciencias humanas. En el tercer momento, el pensamiento dionisíaco de Nietzsche anuncia la muerte de Dios y, con ella, el derrumbe del hombre mismo.
Este libro abre distintas ventanas a la relación entre religión y filosofía en el pensamiento cristiano y en momentos destacados de su historia. El papa Gregorio Magno (590-604) comparó los cuatro primeros concilios —Nicea, Constantinopla, Éfeso, Calcedonia— con los cuatro evangelios. Fue su original forma de resaltar el significado estelar de aquellos concilios que pretendían adaptar el mensaje cristiano a las exigencias de los nuevos tiempos. Los dos primeros, Nicea y Constantinopla, se asoman a las páginas de este libro. También lo hacen los dos últimos, el Vaticano I y el Vaticano II. De esta forma se dan la mano el lejano pasado y el cercano presente de la historia del cristianismo.
Al encuentro de los lectores salen también otros episodios cruciales: la expulsión de los judíos de España; Lutero y su Reforma; Jansenio y el desgraciado final de su movimiento, o la convulsa evolución teológica del catolicismo y del protestantismo durante el siglo XIX. Otros capítulos se centran en el tema del amor, de la misteriosa relación entre Dios y el sufrimiento, y de la experiencia religiosa y su articulación filosófica. En el ámbito más estrictamente filosófico se informa sobre los avatares del estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo.
El ser humano frente al vasto universo: una reflexión erudita y con voluntad divulgativa.
¿Por qué existe el universo y nosotros en él? Este libro explora desde la filosofía nuestro lugar en el universo y nuestra relación con él. Reflexiona en sus páginas sobre la vastedad inabarcable y lo minúsculo, la belleza, lo sublime, el misterio, el asombro, el infinito, la eternidad, el vacío, la finitud, la serenidad, la maravilla, la diferencia entre universo y cosmos, la posibilidad de vida extraterrestre y sus implicaciones éticas…
A lo largo del recorrido que traza el autor, va apareciendo lo que sobre nuestra relación con el universo dejaron escrito filósofos como Lucrecio, san Agustín, Kant o Heidegger, pero también artistas como Leonardo y científicos como Einstein, Planck o Hawking.
Si la filosofía de Kant constituye el punto de partida del pensamiento contemporáneo, la filosofía de Schelling representa uno de los caminos posibles y, sin duda, más originales.
Tras la muerte de su mujer en 1809, aquel que había sido discípulo de Fichte y seguidor de Hegel comienza a elaborar una filosofía crítica de la existencia, anteponiendo el ser a la esencia, aunque también a la conciencia. Schelling clausura así el Idealismo y avanza más allá, sentando las bases de algunos de los debates de mayor calado de la filosofía contemporánea.
Si la filosofía pura racional, meramente teorética, termina pensando el concepto de Dios, la filosofía positiva de Schelling invierte el modelo al considerar la existencia de Dios como raíz de la metafísica empírica que se desenvuelve en la historia. La conciencia humana aparece entonces como «éxtasis de Dios», elemento crucial en el drama divino, donde la divinidad pugna por superarse a sí misma, alcanzando el Bien y sometiendo al mal.
Al abordar de un modo que apunta al método fenomenológico la filosofía de la mitología, Schelling describe los fundamentos de esta peculiar historia sagrada a partir del hecho religioso, categoría que anticipa la filosofía de la revelación.
El presente volumen pretende hacer accesible al lector contemporáneo las propuestas éticas de los estoicos antiguos, siguiendo la reconstrucción de los fundadores de la escuela del Pórtico que elaboran Ario Dídimo, Diógenes Laercio y Hierocles. Esta recopilación contiene la traducción castellana, a partir de una revisión crítica del texto griego, de las tres exposiciones tradicionales de las éticas estoicas, compuestas por Ario Dídimo, filósofo de la corte del emperador Augusto, en su Epítome de ética estoica, probablemente la descripción más precisa sobre la figura del sabio y sus virtudes, junto al «doxógrafo» Diógenes Laercio, en el libro VII de sus Vidas de los filósofos ilustres, y Hierocles, autor de un tratado intitulado Elementos de ética, donde ofrece una presentación de la doctrina clásica de la familiaridad, acompañada de varios ejemplos extraídos del comportamiento animal. Los estoicos se interesan no solo por la teoría moral, sino también fundamentalmente por la práctica moral.
El cine de Pere Portabella es indisociable del arte y de la política. Son disciplinas que se conjugan y retroalimentan desde una actitud común: impugnar las normas, las sociales pero también las estéticas. Este es justamente el título de un volumen que reúne decenas de textos escritos por el autor durante sesenta años, desde sus inicios como productor hasta la actualidad. Se incluyen artículos en diarios y revistas, presentaciones de sus películas, prólogos de libros y catálogos de exposiciones, conferencias, así como algunas de sus intervenciones como senador o diputado durante las primeras legislaturas de la democracia. Del mismo modo que el cineasta se ha preocupado por preservar su obra para garantizar su difusión pública, ahora llega el turno de sus escritos.