Esperanza de España reúne dos conferencias de Manuel García Morente sobre filosofía de la historia de España, representativas, por los acontecimientos que las separan, del itinerario personal e intelectual de su autor. «Esperanza de España», la primera, pronunciada en 1934 en Tetuán, es inédita, por lo que su publicación constituye una significativa novedad en la bibliografía de quien fuera uno de los más grandes filósofos españoles del siglo XX. Se trata del único texto, anterior a su recuperación de la fe católica en 1937, dedicado específicamente al problema de España, que, a partir de la conversión, será una de las líneas fundamentales de su dedicación intelectual. La segunda, más extensa y ya publicada anteriormente, «Ideas para una filosofía de la historia de España», es de 1942, dos meses antes de su muerte, y ha sido considerada su testamento literario y el cierre de su conversión. La lectura de ambas conferencias hace descubrir un arco de significado de la evolución de la actitud vital y el pensamiento de Morente.
¿Cómo definir la guerra en la actualidad? El escenario clásico ha cambiado, al disponerse de armas de destrucción masiva en manos de poderes en abierta oposición. ¿Cómo evitar el riesgo de una destrucción de la humanidad? ¿Es el camino reunir todos los poderes en uno solo, que ofrezca protección y seguridad? ¿Es posible alcanzar así una paz política y cultural duradera? ¿A qué precio? Tras su larga experiencia en aulas y en países en conflicto, el autor plantea el problema con una precisión escalofriante, y ofrece un itinerario capaz de garantizar la paz salvaguardando también la libertad.
El afán actual por adaptar la educación a los incesantes cambios de la sociedad nos hace olvidar el incalculable valor de la sabiduría clásica. Pero ¿y si invitásemos a nuestros jóvenes a escuchar voces de largos ecos como las de Homero, Hesíodo, Sócrates, Platón o Aristóteles en lugar de prestar atención a la última tendencia en TikTok?
Los referentes que durante milenios han guiado a la humanidad hacia las cotas más altas de virtud están siendo reemplazados por la mediocridad de algunos influencers que venden éxito sin esfuerzo, mensaje sin sustancia y felicidad efímera. Sin embargo, la capacidad de transformación y elevación de modelos como el de Aquiles no puede ser sustituida por los famosos de las redes sociales.
Eduardo Infante acude a los grandes filósofos del mundo clásico para destacar la vigencia de la virtud, una cualidad que da sentido a nuestras vidas. El autor se pregunta cómo alcanzarla y transmitirla a las futuras generaciones, si es un don innato o si podemos aprenderla. Un libro de referencia para alumbrar un futuro más humano en el que vivamos con propósito. Mientras haya alguien que quiera conocer los textos de la antigüedad no se apagará en nosotros ese fuego que nos impulsa a amar todo lo noble, digno y elevado que hay en el mundo.
La filosofía como elemento esencial de la vida cotidiana y para la comprensión del mundo.
Diego Garrocho introduce en sus textos, con deslumbrante agilidad y hondura, una mirada filosófica que resulta muy poco frecuente en el panorama del periodismo en España. El último verano es una selección cuidada y equilibrada de sus mejores columnas y ensayos cortos, que elude lo coyuntural y aborda la vida y la tensión entre el pasado y el futuro, con un enfoque intelectual pero no exento de nostalgia e intimidad. El libro condensa las convicciones del autor, defiende la cultura como único instrumento para repararel mundo, reflexiona sobre el talento e invoca a figuras como Tennessee Williams, Ferlosio, Leopardi, Aristóteles o Platón.
A lo largo de la historia, numerosos filósofos y pensadores han encontrado en el ensayo breve y los artículos un modo idóneo de transmitir sus ideas de manera que, sin perder el rigor conceptual o la fuerza de sus tesis, estas pudieran llegar a un público amplio. Este libro se enmarca en esa tradición, y demuestra que la Filosofía también tiene la capacidad de abordar los problemas de una maneradirecta y eficaz. El último verano, que puede leerse en clave generacional, ofrece una perspectiva sensible y original sobre el mundo, y es una maravillosa muestra del trabajo en prensa que, desde hace algunos años, Diego Garrocho combina con su labor académica.
Obras como Una recensión literaria desmienten algunos tópicos sobre el genial pensador danés, al que se suele considerar tan centrado en la existencia individual que olvida las circunstancias sociales, tantas veces penosas, que determinan la historia humana. Lo cierto es que, frente al elitismo de las corrientes liberal y conservadora de su tiempo, Kierkegaard abrazó decididamente la causa del «hombre corriente».
Resulta paradójico que lo que comenzó siendo una mera reseña literaria sobre la novela de 1845 Dos épocas, de Thomasine Gyllembourg, que relata las vicisitudes de una familia de la alta burguesía de Copenhague, terminara convirtiéndose en un libro que apareció un año después.
La importancia de este escrito es doble. Por una parte, Kierkegaard expone en él su concepción del arte de la novela, que presenta numerosos puntos de contacto con las fases del discurrir de la vida. Por otra, el autor se pronuncia sin reparos en materia política y social, hasta el punto de formular un juicio crítico sobre la modernidad. Y lo que resulta más sorprendente: el diagnóstico de Kierkegaard es profético, en el sentido de que muchas de las notas que describen la sociedad de su tiempo se pueden aplicar a las actuales sociedades de masas, hasta el punto de constituir una llamada de atención que conviene tomar en serio.
Todos nos encontraremos con momentos difíciles. No hay escapatoria. Eso es lo que significa ser humano. Pero ¿y si hubiera una forma de hacer más fáciles esos momentos difíciles? En eso consiste el estoicismo.
Esta corriente filosófica griega tiene tanto que ofrecernos ahora como lo tuvo hace 2000 años: su propósito era ayudarnos a vivir mejor. La regla de oro del estoicismo es que solo tenemos control sobre nuestra manera de reaccionar a los acontecimientos.
Llevando la filosofía estoica a la vida cotidiana, Ben Aldridge explora los 10 principios estoicos clave y cómo pueden ayudarte a construir una vida más resiliente.
Una gran parte de los artistas visuales que desarrollan su trabajo en la actualidad viven en condiciones precarias y con muy pocos incentivos para su trabajo. Esa es una realidad conocida en el sector, y que se corresponde sociológicamente con el rol de marginalidad proverbial que ha caracterizado a lo largo del tiempo la escena del arte. Pero los artistas son testigos de nuestro mundo y ejercen su papel como peculiares activistas culturales. Aportan radiografías plurales, emblemas de una sociedad en cambio, expresan pautas de vida, generan huellas proyectadas hacia el futuro, atisban “lo nuevo”: son los creadores del patrimonio contemporáneo. El arte es un espacio de interrogantes donde afloran respuestas provocadoras a preguntas inquietas. El artista realiza su trabajo interpretando el mensaje de una difusa voluntad colectiva. Aspira a esa empatía y comunicación real: transmitir sentimientos y emociones propias para compartirlas. Pone sus ojos, su mirada, su corazón y sensibilidad al servicio de la sociedad: a la búsqueda de un latido común. El auténtico artista aporta oxígeno para respirar mejor.
El interés de José Ortega y Gasset por la sociología se fue incrementando según avanzaban los años treinta, cristalizándose en la publicación de "El hombre y la gente". Este importante escrito se remonta en sus primeras redacciones a 1934 y 1936, aunque no aparece como texto unitario hasta las primaveras australes de 1939 y 1940 en Buenos Aires. En mayo de 1934 había hablado por primera vez de forma sistemática de un tema que desde entonces será frecuente en sus escritos y que, de una u otra forma, había apuntado ya antes: la comprensión del hombre inmerso en la sociedad y el análisis de la interrelación entre lo individual y «lo social». A finales de 1949 y principios de 1950 el filósofo expuso, en un curso de doce lecciones impartido en Madrid, el conjunto de su pensamiento sociológico y siguió trabajando sobre el manuscrito, casi listo para su publicación cuando la muerte lo sorprendió.
Una reflexión filosófica sobre dos artes en peligro de extinción.
La caza y la tauromaquia nunca habían estado tan amenazadas en España como en nuestros días. La nueva sensibilidad animalista, incapaz de entender ni tolerar cualquier actividad que implique la muerte de un animal, ha puesto en la diana de sus ataques estas dos tradiciones de arraigo milenario, y algunas administraciones ya han prohibido o estudian prohibir las corridas de toros. La nueva legislación, aduciendo una protección del bienestar animal, también ha comenzado a perseguir las actividades cinegéticas y el circo.