Lo poético, en sus muy diversas formas, posee la cualidad de conmovernos. Este atributo, en esencia, puede convertir las palabras en artefactos de combustión lenta pero constante; «milagros intermitentes» que nos guían hacia una comprensión distinta del mundo y de nuestro lugar en él. En suma, el germen necesario que da comienzo a todo cambio crucial, ya sea a nivel individual o colectivo.
'El arte de encender las palabras', primer ensayo de la poeta Berta García Faet, explora cómo la poesía 'piensa'. Y arde, en opinión de su autora, no solo en la poesía propiamente dicha, sino también a través de la música, la pintura y todo tipo de manifestaciones artísticas. Desde un formato híbrido, que tiene tanto de tratado como de memoir literaria, este libro apela a las claves de lo poético: belleza, cognición, vínculos. Reflflexión teórica, manififiesto, confesión entre amigas y carta de amor: un texto radicalmente original y hermoso que crepita en busca de nuevos públicos y nuevas direcciones.
Un recorrido sutil y asombroso que busca mostrarnos cómo la poesía cataliza nuestras transformaciones más hondas. Un alegato en primera persona sobre el carácter restaurativo y revoltoso de las palabras.
En este libro, testimonio de la profunda amistad entre George Steiner y Nuccio Ordine, el amor por los clásicos, la pasión por la enseñanza y el papel esencial de la literatura para la humanidad constituyen los temas de un intenso diálogo nutrido durante más de quince años. Ordine traza un original retrato de Steiner, al que describe como un «huésped incómodo» que habitó el judaísmo, la literatura y la vida de un modo muy singular: no sólo dijo a menudo lo que muchos habrían preferido callar, sin atenerse a las convenciones o los tabúes, sino que su propia concepción de la vida encontró su verdadero fundamento en la idea del huésped. Ésta no consistía tanto en una invitación a respetar pasivamente las leyes de quien nos acoge, cuanto en la oportunidad de contribuir a mejorar la vida de los demás y la propia a través del intercambio de ideas y el diálogo, un ideal tan necesario como difícil de poner en práctica.
«Lo cierto es que no se camina nada o se camina poco y mal. Se camina sin ver, sin contemplar, sin abandonarse al paseo», constata Edgardo Scott al inicio de este sugerente ensayo. En la era del automóvil, del footing y de las pantallas, el arte de caminar parece en peligro de extinción. Pues caminar es —puede ser— algo más que desplazarse a pie, dar un paso tras otro, ejercitar las piernas por prescripción médica. Como atestigua una larga tradición de escritores, pensadores y artistas a los que Scott convoca, homenajea y sigue en estas páginas llenas de asociaciones canónicas e imprevistas —de san Ignacio de Loyola a Damon Albarn, pasando por Baudelaire, R. L. Stevenson, Borges, Machado y Rosa Chacel—, caminar es una forma de meditación estética y filosófica, de imaginación literaria y política; una forma de escritura y de lectura en movimiento que nos ayuda a descifrar el mundo que nos rodea y también a nosotros mismos.
Lejos de quedarse en la queja o la constatación de cómo las mujeres fueron excluidas sistemáticamente de la esfera del arte a lo largo de siglos de desdén y dominio patriarcal, las dos autoras de este volumen van más allá: no sólo nos explican con extremo rigor y documentación de qué forma precisa se llevó a cabo este “ocultamiento de la voz femenina en la historia”, sino que nos ofrecen, con propuestas concretas, hacia el presente y el futuro, la manera en que a partir de ahora deberían organizarse y plantearse las cosas para que la igualdad real de los seres humanos artistas se haga posible, desterrando prejuicios, paternalismos, concesiones caballerosas y principios de autoridad masculinos. El reto es “elaborar modos, clasificaciones y jerarquías que todavía no existen”. Hay mucho de reparación sanadora en este libro, pues, como se dice, no está guiado sólo por un afán intelectual, sino también por un empeño ético.
Plutarco fundó en su ciudad natal un espacio de debate y discusión, a imagen y semejanza de la célebre Academia de Platón, de donde surgieron las tres obras aquí reunidas: «Cómo sacar provecho de los enemigos», «Cómo distinguir a un adulador» y «Sobre la abundancia de amigos». En ellas el filósofo nos enseña a escuchar a los adversarios –hábiles detectores de nuestras debilidades– y a desconfiar de nuestro amor propio –el defecto más útil para los aduladores–, pues solo así sabremos distinguir la verdadera amistad: aquella en la que encontraremos virtud en la honestidad y deleite en el diálogo.
Un bien exquisito que exige espacio, tiempo y cuidado.
«El hombre inteligente saca provecho incluso de los que difieren de él, pues es imposible vivir sin enemigos».
¿Qué recorrido ha hecho la amistad desde el mundo antiguo hasta hoy? ¿Ha cambiado la Red de manera esencial el modo en el que nos relacionamos con nuestros amigos y enemigos? Uno de los autores clásicos que más ahondó en esta cuestión fue Plutarco, en tres de sus textos fundamentales nos enseñó a extraerle todo el jugo a este vínculo afectivo, a consolar, a protegernos de pelmas y de aprovechados, a ganar buenas compañías y a conservarlas... En definitiva, a volvernos maestros de esta clase de relaciones. Muchas de estas lecciones siguen vigentes, pero los tiempos
han cambiado. Internet ha supuesto una revolución
de los lazos humanos. Gonzalo Torné, con un ojo puesto en la obra de Plutarco, nos cuenta cómo las redes sociales y la mensajería instantánea nos han procurado nuevas maneras de prometer, de traicionar, de hacernos cargo; en definitiva, de vivir.