La filosofía como elemento esencial de la vida cotidiana y para la comprensión del mundo.
Diego Garrocho introduce en sus textos, con deslumbrante agilidad y hondura, una mirada filosófica que resulta muy poco frecuente en el panorama del periodismo en España. El último verano es una selección cuidada y equilibrada de sus mejores columnas y ensayos cortos, que elude lo coyuntural y aborda la vida y la tensión entre el pasado y el futuro, con un enfoque intelectual pero no exento de nostalgia e intimidad. El libro condensa las convicciones del autor, defiende la cultura como único instrumento para repararel mundo, reflexiona sobre el talento e invoca a figuras como Tennessee Williams, Ferlosio, Leopardi, Aristóteles o Platón.
A lo largo de la historia, numerosos filósofos y pensadores han encontrado en el ensayo breve y los artículos un modo idóneo de transmitir sus ideas de manera que, sin perder el rigor conceptual o la fuerza de sus tesis, estas pudieran llegar a un público amplio. Este libro se enmarca en esa tradición, y demuestra que la Filosofía también tiene la capacidad de abordar los problemas de una maneradirecta y eficaz. El último verano, que puede leerse en clave generacional, ofrece una perspectiva sensible y original sobre el mundo, y es una maravillosa muestra del trabajo en prensa que, desde hace algunos años, Diego Garrocho combina con su labor académica.
El cuidado se ha convertido en una de las actividades más importantes de nuestra vida cotidiana. Cuidamos la salud, atendemos a los familiares más próximos, nos preocupamos por las personas vulnerables de nuestro entorno y ahora nos hemos propuesto cuidar la naturaleza. El cuidado es el nuevo y más urgente nombre de la responsabilidad, por eso ha llegado el tiempo del «Homo curans».
Este libro aborda el cuidado como actividad que define nuestras prácticas como especie, como sociedades que se transforman y como personas. Es una actividad que moviliza manos, corazón y cabeza, por eso el profesor Agustín Domingo Moratalla propone «cuidar con toda el alma».
El cuidado generativo requiere ensanchar los horizontes de la responsabilidad personal para afrontar las tendencias a la desvinculación, fragmentación y mecanización digital. Tendencias a las que responden los capítulos de este libro cuando reclaman una razón abierta por el coraje de cuidar.
¿«Nada es seguro en esta vida salvo la muerte»? Veremos. Los transhumanistas han llegado muy lejos y pretenden hacernos inmortales.
Nostalgia de futuro aborda los orígenes, fundamentos y peligros de la pretensión de alcanzar una naturaleza humana «mejorada» de manera acrítica y amoral a través de la tecnología. «El transhumanismo, aunque se presente como promotor de lo humano, es un pensamiento contrario al hombre. Lo es porque no asume la realidad esencialmente vulnerable y frágil del ser humano con la intención de paliarla o sanarla, sino que más bien pretende una superación de ella».
Desde la concesión en 2018 de la ciudadanía en Arabia Saudí al robot Sophia, que goza de más «derechos» que las mujeres en ese país, pasando por FM-2030, un hombre que asumió una identidad «futurista» porque aseguraba ser «una persona del siglo XXI arrojada accidentalmente al siglo XX», hasta la existencia de un partido político transhumanista, el americano Transhumanist Party, Roberto Esteban Duque aporta un recorrido exhaustivo y escalofriante de todas las «mejoras» realizadas en los últimos años, dejando claras las comprometidas intenciones de los transhumanistas: «crear en el sentido que se quiera la propia condición humana».
El espejo y el oráculo ofrece, en un lenguaje accesible, una visión exhaustiva de la estética de Schopenhauer. La obra sitúa al filósofo en el contexto intelectual de su momento, de modo que pueda comprenderse su singularidad como pensador de la belleza y de lo terrible.
A continuación, el libro se desplaza desde “la filosofía del espejo” al lugar opuesto. Tras dejar atrás la juventud, Schopenhauer desarrolló una “filosofía del oráculo”, de vocación activa, para comerciar con el mundo en las disputas sociales, en la pugna por el prestigio burgués y en la satisfacción de necesidades. Esta segunda sección oracular versa sobre temas como la astucia, la dialéctica, el honor, la vanidad, la vejez o la amistad, que no siempre han sido atendidos por los intérpretes.
«Todo cambia, en efecto, pero raramente a mejor.» El gran ensayista rumano, en estado puro.
Emil Cioran nos invita a reflexionar en este ensayo sobre la ineptitud humana para la felicidad y nuestra incapacidad para soportarla. El relato bíblico del Génesis dejó las cosas claras desde el principio: al desobedecer el mandato divino, al preferir la sabiduría a la inmortalidad, sellamos nuestro destino como seres errantes, en busca de un Paraíso perdido al que, de todas formas no podríamos adaptarnos si alguna vez diéramos con él. A lo largo de estas páginas, el célebre ensayista rumano se pregunta si la inocencia es el estado natural del ser humano, y el dolor, condición de la sabiduría. La respuesta, paradójica, sorprendente, es una muestra más del sarcasmo y la lucidez extrema de este maestro del pensamiento.
Una apasionada advertencia contra los falsos paraísos terrestres y las utopías convertidas en infiernos en la Tierra.
Cioran sostiene en esta colección ensayos escritos en torno a 1960 que ninguna comunidad puede subsistir sin crearse ficciones y aferrarse a ellas. Las utopías proporcionan los símbolos que guían a las sociedades hacia su porvenir y la imaginación permite entonces estructurar la realidad. Por tanto, más que sueños inútiles, las utopías serían un medio para desarrollar nuevas perspectivas. No nos hagamos, sin embargo, demasiadas ilusiones: para el gran pensador rumano, la perspectiva de un nuevo comienzo y la fiebre de una espera esencial que caracterizan al pensamiento utópico ponen a la libertad en peligro y son la antesala de nuevas y peligrosas servidumbres.