Al plantearnos qué es el bien y la justicia, o cuáles son nuestros deberes y valores morales, nos inscribimos en un proceso milenario de reflexión que ha dado forma a la ética como rama filosófica. Desde las primeras preguntas de los sofistas y Platón hasta la ética aplicada contemporánea, todos los filósofos han dado sus diferentes respuestas a los problemas morales que siempre nos han afectado a todos. Por ello, probablemente la mejor manera de entender qué es la ética es recorrer el pensamiento filosófico occidental que ha tratado de explicarla y teorizar sobre ella.
La influencia de Platón en el pensamiento occidental es aún hoy impresionante, como demuestran los cuatro paradigmáticos diálogos que se reúnen en este volumen. La Apología de Sócrates es la perfecta introducción a toda su filosofía y nos presenta de una manera brillante al maestro de Platón en un momento crítico. Los otros tres, Fedón, Banquete y Fedro, suponen puntos culminantes de la historia de la filosofía occidental, que además contienen algunas de las páginas más bellas de la literatura europea.
Los diálogos reunidos en este volumen —Filebo, Timeo y Critias— pertenecen a la última etapa de producción platónica. En el primero de ellos, para combatir el hedonismo, plantea un complejo debate sobre el placer, sobre los diferentes tipos que existen y, finalmente el rol que debe desempeñar para llevar una vida buena. En los dos siguientes, Platón se centra más en temas físicos y políticos, pero también contribuye a enriquecer con ellos el contenido mítico de su filosofía. Timeo es uno de sus textos más profundos e influyentes que escribió, y en él ofrece su explicación del universo: su origen, su ordenación y su relación con el hombre. Critias, diálogo inconcluso, se considera la continuación del Timeo y en él Platón contribuye al desarrollo del mito de la Atlántida y el conflicto que mantuvo con Atenas.
El quinto volumen de los Diálogos de Platón de la Biblioteca Clásica Gredos reúne cuatro de sus últimas obras: Parménides, Teeteto, Sofista y Político. Son textos vinculados entre sí (los dos primeros por un lado y los segundos por otra), cuya importancia radica en su análisis crítico de ideas y aspectos que había planteado con anterioridad, y que, en su opinión, necesitaban una revisión y una posterior reelaboración. En esencia, se trata de obras de madurez en las que Platón adopta una nueva perspectiva y abandona de algún modo cierto idealismo para mostrarse más realista en sus propuestas.
San Agustín es una de las personalidades más fascinantes y complejas de la historia del cristianismo. Una de sus más importantes obras es, sin duda, La ciudad de Dios (de civitate Dei), redactada en los años de la toma de Roma en manos de los visigodos. En ella se establece por vez primera la idea del paralelo entre Estado divino y Estado terrenal, de gran influencia histórica en la política y las leyes de la historia occidental.
Este volumen, en una completísima edición a cargo de R. Mª Marina Sáez, incluye los libros I-VII, precedidos de un exhaustivo estudio introductorio revisado y actualizado. En su parte inicial, san Agustín refuta las acusaciones de que Roma hubiera caído por el efecto pernicioso del cristianismo, al tiempo que censura el paganismo y el culto a muchos dioses. El autor recurre a multitud de ejemplos de la historia de Roma, que demuestra conocer muy bien. La segunda parte del libro está dedicada a su tema principal, la divina providencia, y su presencia en la historia de la humanidad. En ella se contraponen la ciudad espiritual, creada por Dios y construida por los que creen en Él, y la ciudad terrenal, fundada por el egoísmo mundano y la injusticia.
Un aspecto básico de la filosofía práctica de Aristóteles son sus teorías políticas, que en gran parte se exponen en los ocho libros que componen la Política. La obra, que posiblemente estaba compuesta por diferentes tratados, se basa en dos ideas fundamentales: la sociabilidad es un rasgo esencial de la naturaleza humana y la finalidad a la que tiende el hombre es la comunidad política. Esos son los dos pilares en torno a los cuales el filósofo de Estagira analiza la familia, la ciudad, el Estado y las constituciones, proponiendo diversos modelos ideales. Se trata de una obra compleja y capital que plantea no pocos temas y problemas, y que esta edición con su introducción y su excelente traducción anotada pretende clarificar.