Entre las palabras y las cosas, ¿hay una correspondencia esencial, o puede haber cosas que tengan lugar en un espacio distinto del de las palabras? ¿Bajo qué orden las ciencias humanas pensaron las cosas desde el Renacimiento? ¿Era la representación el fundamento de ese orden? ¿Qué papel desempeñaron los nombres, el discurso, el lenguaje, en esa arquitectura?
La publicación de esta obra en 1966 consagra a su autor como uno de los intelectuales más originales de su época. Aquí Foucault aborda estos interrogantes y concluye que entre esas dos regiones tan distantes –las palabras y las cosas– existe un quiebre, un vacío, un confuso dominio, y que es por la naturaleza de ese desencuentro que las certezas y verdades supuestamente permanentes van cambiando a lo largo de la historia.
Las palabras y las cosas es una arqueología de lo contemporáneo, ya que las ciencias humanas son caracterizadas aquí fundamentalmente como prácticas e instituciones, y el conocimiento, como el resultado de un sistema de reglas que son propias de cada época y no del progreso de la razón.
En este texto, el más breve de su obra filosófica, Cicerón analiza las afirmaciones del estoicismo que resultan «paradójicas»: «Únicamente lo honrado es bueno», «Basta ser virtuoso para conseguir la felicidad», «Las buenas obras son tan buenas como malas las malas», y «Todos los necios están locos, así como solo los sabios son ricos y libres». Valiéndose de sus dotes como orador, el autor desarrolla cada paradoja de forma clara y estructurada. Adornando su exposición con ejemplos y cierto humor, pretende acercar su mensaje a todos los lectores y que reflexionemos sobre el valor del bien y la virtud. Como sostenía Voltaire, no se ha escrito «nada más sabio, ni más verdadero, ni más útil» después de este tratado.
Hacer listas y tacharlas, ponerse el pijama al llegar a casa, lavar el coche, descorchar una botella de vino y servirse una copa... Se cuentan por cientos los pequeños gestos capaces de sacarnos una sonrisa cada día. Este libro es una celebración y una reivindicación de esos placeres discretos y cotidianos que hacen la vida más llevadera.
La nueva colección Endebate es el hogar de aquellos textos breves que presentan una opinión, defienden una actitud o cuentan una historia, pero son más un aperitivo que un banquete, estimulan la conversación más que saciarla e inician un festín (que no clausuran). Como los mejores bocados, entran por los ojos y dejan un largo poso en el paladar.
Una iniciación a la reflexión filosófica.
¿Para qué sirve la filosofía? Hay preguntas acerca de la muerte, de la verdad, del universo, de la libertad, de la justicia, de la belleza, del tiempo que no admiten solución definitiva y se repiten de generación en generación. La filosofía no pretende contestarlas de una vez por todas, sino que sigue enseñando a plantearlas de forma cada vez más enriquecedora. Porque es mejor mantener abiertas las grandes preguntas que contentarse apresuradamente con las pequeñas respuestas…
Este libro quisiera ser una iniciación elemental a la reflexión filosófica, tanto para uso de quienes se acercan por primera vez al estudio de la filosofía en el bachillerato como de aquellos otros que a cualquier edad aspiran a conocer los fundamentos de esta tradición intelectual.
La Ética es una doctrina sobre las virtudes, sobre la perfección o plenitud a la que puede y debe llegar el hombre. Así lo muestra Pieper.
Este libro recoge en un solo volumen monografías sobre cada una de las virtudes teologales y morales. Desde su publicación se ha convertido en un clásico, y su sólido estudio sobre los fundamentos de la Antropología y de la Ética ha suscitado el interés de numerosos lectores en todo el mundo. Su valor se extiende también al ámbito de la Teología moral, la Pedagogía, la Psicología, la Filosofía social y muchas otras ciencias humanas.
Como dice su autor, la Ética es algo más que una doctrina sobre la acción del hombre, sobre lo permitido y lo prohibido; el punto de arranque es el ser del hombre, y así la Ética o Moral presenta un despliegue de las posibilidades humanas, y una doctrina sobre las virtudes y sobre la perfección o plenitud a la que puede y debe llegar el hombre.
El Liceo de Atenas, hoy en ruinas, puede presumir de haber sido uno de los lugares más significativos de la historia del pensamiento. Fue la sede de la escuela de Aristóteles. Allí el filósofo enseñó y discutió las respuestas a los misterios más profundos de la condición humana, y cambió nuestra forma de reflexionar.
Hoy puede resultar difícil comprender plenamente la asombrosa influencia de sus lecciones. Sin embargo, sus observaciones sobre el mundoy sus reflexiones sobre la naturaleza del conocimiento sentaron las bases de toda ciencia empírica. Sea lo que sea que nos preocupe o interese, es casi seguro que Aristóteles dijera algo extremadamente inteligente al respecto. Su estudio del pensamiento racional dio lugar a la lógica formal, piedra angular de la investigación filosófica; su examen de las ciudades-estado griegas inauguró la ciencia política; y su análisis del arte dramático sigue siendo un pilar de los cursos de literatura en todo el mundo.
El aclamado filósofo John Sellars nos embarca en un viaje a través del pensamiento de Aristóteles, haciendo revivir con entusiasmo sus ideas clave y demostrando que la capacidad de curiosidad del célebre filósofo sigue ofreciéndonos a todos una visión de la vida más plena. Sellars demuestra que las lecciones de Aristóteles aún tienen mucho que enseñarnos hoy.
Un antídoto epicúreo para la ansiedad.
¿Cómo vivir una vida feliz? Hace más de dos mil años, el filósofo griego Epicuro ofreció una respuesta simple: lo único que realmente necesitamos es placer. Hoy tendemos a asociar la palabra "epicúreo" con el exceso indulgente y el simple disfrute de la comida y el vino, pero el hedonismo ligero y la autocomplacencia decadente están a años luz de la vida placentera que perseguían Epicuro y sus seguidores, más preocupados por los placeres mentales y por eludir el dolor incluso en los tiempos difíciles. Su objetivo, en definitiva, era una existencia de tranquilidad y satisfacción.
Publicadas en 1928, estas lecciones de fenomenología aparecieron en edición de Martin Heidegger según la ordenación y composición del texto que había preparado Edith Stein en 1917. La investigación de Husserl, que en un principio sólo pretende aclarar la estructura interna de la conciencia que capta el paso del tiempo, se ve llevada a detectar, por la problematicidad misma del asunto, la existencia oculta de una síntesis perceptiva que a cada momento, sin posible fallo, sin participación del yo, sin necesidad de sensaciones, recompone la orientación temporal del campo fenoménico. La dificultad legendaria de estos análisis sólo es comparable a su relevancia teórica: el enigma del tiempo y el misterio de la conciencia revelan aquí una sorprendente afinidad intrínseca, que admite, con todo, aclaración descriptiva, es decir, fenomenológica.