Expresión más neta, enérgica y contundente del pensamiento tardío . de Friedrich Nietzsche (1844-1900), El Anticristo lúe el primer inédito que padeció las operaciones de falseamiento y mutilación que llevó a cabo Elisabeth Forster-Nietzsche. El texto que aquí se ofrece, restablecido, subsana todas esas manipulaciones y nos devuelve las páginas que resultaron la quintaesencia de la última gran obra proyectada por el pensador, «La voluntad de poder» o «Transvaloración de todos los valores», y en la que propugna la superación del nihilismo y del cristianismo.
Los Cuadernos negros representan una forma que, en su estilo, posiblemente resulte singular no solo en Martin Heidegger, sino en general en toda la filosofía del siglo XX. El género con el que mejor se los podría comparar sería el «diario de pensamientos» o el «diario filosófico». Pero mientras que esta designación casi siempre relega los escritos que quedan comprendidos bajo ella al margen de unas obras completas, el significado de los Cuadernos negros habrá que considerarlo sin embargo aún en el contexto del «pensar inicial» de Heidegger.
Esta cuarta entrega de los Cuadernos negros contiene las «Anotaciones I-V», que arrancan cuando se inicia la derrota alemana en la guerra mundial y prosiguen en la inmediata posguerra. Al comienzo de las «Anotaciones IV» Heidegger cita la siguiente frase de Leibniz: «Quien solo me conoce por mis libros no me conoce». Esta frase da una indicación sobre el significado de los Cuadernos negros en su conjunto. Ellos constituyen unos singulares manuscritos escritos al margen de la esfera pública. Incluso de forma distinta que los tratados inéditos, como por ejemplo los Aportes a la filosofía (Acerca del evento), le ofrecen a Heidegger la posibilidad de escribir sin trabas su pensar sin parar mientes en formalismos.
Las lecturas convencionales de la Antigüedad enfrentan a Atenas con Jerusalén, donde Atenas representa la «razón» y Jerusalén la «fe». Sin embargo, como nos recuerda Susan Buck-Morss, los estudios más recientes han eliminado esta separación. Nombrar el primer siglo como un punto cero –«año uno»– que divide el tiempo en antes y después es igualmente arbitrario, nada más que una conveniencia que carece de sentido empírico. En Año 1, Buck-Morss libera el primer siglo para que pueda hablarnos de otra manera, reclamándolo como terreno común y no como origen de diferencias profundamente arraigadas.
Buck-Morss se propone derribar varias premisas conceptuales que han dado forma a la modernidad como episteme y nos han conducido a algunos impases posmodernos poco útiles. Se acerca al siglo I a través de los escritos de tres pensadores a menudo marginados en el discurso actual: Flavio Josefo, historiador de la Guerra de Judea; el filósofo neoplatónico Filón de Alejandría; y Juan de Patmos, autor del Apocalipsis, el último libro de la Biblia cristiana. También aparecen Antígona y John Coltrane, Platón y Bulwer-Lytton, al-Farabi y Jean Anouilh, Nicolás de Cusa y Zora Neale Hurston, por no hablar de Descartes, Kant, Hegel, Kristeva y Derrida.
«La historia del alma es la historia de la idea que el hombre tiene de sí mismo frente a la muerte. Desde los primeros humanos que descubrieron los ciclos de la naturaleza hasta los últimos, quienes vislumbrarán la vida terrestre fuera del planeta, pasando por los hombres de las pirámides, del ágora, del foro, de la iglesia, hasta llegar al hombre del supermercado planetario, es la odisea que me propongo relatar. Del alma inmaterial al alma digital, todo converge hacia la posibilidad de un posthumano inaugural de lo inhumano. Este futuro es ya nuestro presente.» Michel Onfray
Caminar es mucho más que poner un pie delante del otro. ¿Y si solo se pudiera pensar bien a través de los pies? Un admirable libro que entusiasmará incluso a los sedentarios empedernidos. Le Monde des Livres
Andar no exige ni aprendizaje, ni técnica, ni material ni dinero. Solo requiere de un cuerpo, de espacio y de tiempo. Cada día son más los aficionados a caminar, y todos ellos obtienen los beneficios de esa propensión: sosiego, comunión con la naturaleza, plenitud... Andar. Una filosofía es un recorrido (a pie), filosófico y literario, en compañía de ilustres autores como Rimbaud, Thoreau o Kant cuyo hilo conductor es el simple hecho de caminar. Andar como experiencia de libertad, como acto solitario y propicio para la ensoñación, como motor de creatividad... Este libro es una celebración del paseo y una reivindicación de virtudes elementales que parecemos haber olvidado en esta época de prisas y de monotonía. Desde un enfoque cultural, Frederic Gros se adhiere a la corriente de los lowy nos invita a valorar las ventajas de la lentitud. Para ir más despacio no se ha encontrado nada mejor que andar. Para andar hacen falta ante todo dos piernas. Todo lo demás es superfluo. ¿Quieren ir más rápido? Entonces no caminen, hagan otra cosa: rueden, deslícense, vuelen. La crítica ha dicho... Un hermoso libro escrito para aquellos que aún no han partido. Le Figaro
Un libro inclasificable en el que la luz de la mañana ilumina las ideas. L'Express
Un admirable libro que entusiasmará incluso a los sedentarios empedernidos. Le Monde des Livres
Un paseo tranquilo, al ritmo de un pensamiento cálido y pertinente, que de manera eficaz toma tintes de delicado reproche hacia una sociedad en la que la velocidad, con demasiada frecuencia, se confunde con el olvido de la veracidad de las cosas, del yo y de los demás. Figaroscope
La fuerza de este libro consiste en invitarnos a inscribir nuesros pasos en itinerarios al mismo tiempo singulares y universales. L'Humanite
Un libro tan agradable como profundo. La Croix