«Intercesor, más que intermediario, el maestro nunca deja de sentirse inferior a su misión. Tantas noches en vela, tantas oraciones, tantas promesas, tantas llamadas… y el Mesías sigue sin venir. Tantos sufrimientos, tantas pruebas… y el cielo sigue cerrado. Ni siquiera entonces la Shejiná se digna abandonar su destierro». También el pueblo judío, en un exilio que ya dura siglos, ¿logrará librarse de la tentación de la tristeza y del dulce hechizo de la resignación?
Contra la melancolía recoge algunas de las conmovedoras historias de nueve rabinos tan singulares como Pinjás de Koretz, Baruj de Medzebozh o el Vidente de Lublin. A través de sus relatos, Elie Wiesel invita a descubrir el misterioso nacimiento de la esperanza en el pueblo judío cuando, paradójicamente, las circunstancias históricas invitan a sumirse en el abandono y la desesperanza. Cada maestro utiliza su mejor cualidad contra esta melancolía mortal: la compasión, el fervor, la cólera, el silencio, la risa…
Pero ¿será suficiente? Bastará con esperar apenas un siglo, cuando este mismo pueblo sea reunido en los campos de concentración, para conocer parte de la respuesta.
Publicado por primera vez en 1966, este celebrado libro de Susan Sontag, su primera colección de ensayos, se convirtió rápidamente en un clásico contemporáneo que ha tenido una gran influencia en el pensamiento sobre el arte y la cultura contemporáneos, no sólo circunscrita a Estados Unidos. Además del ensayo que le da título y el famoso «Notas sobre lo "camp"», Contra la interpretación y otros ensayos incluye textos originales y provocativos sobre Sartre, Simone Weil, Godard, Beckett, la ciencia ficción, el cine, el psicoanálisis y el pensamiento religioso contemporáneo.
Definir el «progreso» es reivindicar el futuro.
Slavoj Žižek, uno de los pensadores más influyentes y controvertidos de la contemporaneidad, nos presenta una serie de reflexiones en las que interroga las visiones antagónicas que conforman los horizontes de la posibilidad humana para que nos planteemos cuestiones como ¿puede mejorar la situación actual, aunque nunca haya estado peor?, ¿cómo sería un mundo mejor? o ¿cómo podemos avanzar en medio de una crisis ecológica, social y política sin precedentes cuando, además, nos asedian constantemente los catastrofistas, los decrecentistas y los relativismos desorientadores?
Para Weil, la colonización es un crimen que destruye formas de vida y modos de pensar, que priva a los pueblos de su pasado, reduciéndolos al estado de materia humana, y que ejerce su efecto también sobre las naciones colonizadoras y sus ciudadanos, quienes se ven amenazados por el mismo daño que han causado: el desarraigo. La autora denuncia además las contradicciones a este respecto de la Francia heredera de la Revolución y de la izquierda francesa: «Me avergüenzan aquellos a los que siempre me he sentido más cercana. Me avergüenzan los demócratas franceses, los socialistas franceses, la clase obrera francesa». Según Weil:
«La cuestión, siempre, allí donde hay opresión, es saber quién hace que el corazón de los oprimidos se llene de amargura, de resentimiento, de rebeldía, de desesperación […] ¿Existe en alguna parte una raza de hombres tan naturalmente servil que pueda ser tratada con desprecio sin despertar en ella al menos una protesta muda, un resentimiento impotente? […] Todos los hombres, sean cuales fueren su origen, su medio social, su raza, el color de su piel, son seres orgullosos por naturaleza. Dondequiera que se oprime a los hombres se suscita inevitablemente la rebelión, tal como la compresión de un muelle desencadena la liberación de su fuerza.»
Se dice a menudo que las lenguas están para entenderse, al igual que se ha vuelto un cliché afirmar que la diversidad lingüística es un bien que nos enriquece a todos. Sin embargo, las lenguas suscitan enconadas querellas y son fuente de enfrentamientos políticos cuando se convierten en potentes marcadores identitarios, como vemos en el caso de los movimientos nacionalistas. Existe además una preocupación creciente por su desaparición en todo el mundo, lo que se denomina «la muerte de las lenguas», sobre la que vienen alertando activistas y expertos y de la que se hacen eco instituciones internacionales como la Unesco o el Consejo de Europa. Hay, en definitiva, demasiadas cosas que se dan por supuestas en las discusiones sobre las lenguas y la diversidad lingüística que están plagadas de metáforas, falacias, clichés y excesos retóricos. En este lúcido ensayo, Manuel Toscano plantea la necesidad de desbrozar el terreno para una reflexión ecuánime sobre el uso de los idiomas como medio de comunicación, patrimonio cultural y seña de identidad. Con datos y argumentos contrastados, repasa la situación a escala global, expone en qué consiste el valor comunicativo de una lengua y los mecanismos que operan en el surgimiento de una lengua franca, sopesa el papel de la lealtad de los hablantes así como las tesis del nacionalismo lingüístico o la noción de lengua propia, y analiza, por último, el complicado asunto de los derechos lingüísticos.
El presente volumen reúne una serie de ensayos sobre cuestiones de teoría del conocimiento, metafísica, filosofía del lenguaje y de la acción, escritos por especialistas de diversa procedencia. Se abordan temas como la naturaleza del conocimiento y su relación con la voluntad, el problema del escepticismo y la realidad del mundo externo, la interpretación lingüística, la metáfora y la autoridad de la primera persona, así como la cuestión de la definición de la mentira y el engaño, el bullshit y su papel en los discursos políticos autoritarios, y las condiciones de la responsabilidad moral.