Pese a la autocomplacencia de muchos de sus cultivadores, no es un secreto para nadie que tanto la crítica de literatura y pensamiento como el llamado periodismo cultural están bajo mínimos, en parte por la precarización de los medios pero también o sobre todo por las evidentes carencias de las plumas que se limitan a ejercer como terminales de propaganda. En este panorama degradado sobresalen tanto más los autores que recogen el testigo de los grandes para combinar el conocimiento y la independencia de criterio, lejos de la corrección y los lugares comunes. Caracterizada como de costumbre por la variedad, la erudición y la ironía, la nueva recopilación de ensayos de Juan Bonilla se abre con una colección de ácidas y chispeantes notas, seguidas de aproximaciones a Unamuno, Kafka y Borges. Reflexiones sobre la fotografía, las humanidades y la ciudad completan un amenísimo volumen donde el jerezano derrocha originalidad, brillantez y frescura, cualidades que han convertido al narrador y poeta en un crítico y articulista ineludible. «Los libros son espejos: No puede un simio que se asoma a ellos esperar que quien salga reflejado sea un apóstol. Lo dijo Lichtenberg, y sin embargo… Quizá los grandes libros son precisamente los antiespejos: muestran a los simios que se asoman que en todos ellos hay algo de apóstol, y sobre todo les recuerdan a los apóstoles que van a contemplarse que al fondo de sus ojos sigue habitando un simio».
La presente traducción de Ser y tiempo es el fruto de veintitrés años de trabajo. El traductor tuvo sus primeros contactos con Martin Heidegger en 1961, permaneciendo en estrecha relación con él. Entre 1973 y 1975 concluyó la primera versión del texto, que el propio Heidegger conoció y aprobó. En 1988 preparó una segunda versión, esta vez en reuniones con Friedrich-Wilhelrn von Herrmann, editor de Heidegger, y con el apoyo de Hans-Georg Gadamer y Max Müller. Finalmente, una tarea de cinco años con un equipo multidisciplinario de especialistas daría como resultado, en 1995, la tercera y definitiva versión. Con todo, más allá de su historia, la traducción de Ser y tiempo de Jorge Eduardo Rivera C. constituye un hito para la filosofía actual.
Sin el pensamiento de Martin Heidegger (1889-1976) la filosofía del siglo xx sería incomprensible. La mayoría de sus obras son ya auténticos clásicos convertidos en objeto continuo de meditación y discusión. Sus estudios sobre distintos filósofos y poetas han abierto novedosas perspectivas que han enseñado a mirar la tradición de un modo radicalmente diferente al habitual, y no deja de sorprender su capacidad de forjar nuevos conceptos y de conferir sentidos más profundos a las nociones más usuales. De Martin Heidegger han sido publicados en esta misma Editorial Los problemas fundamentales de la fenomenología (2000), Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles (2002), El concepto de tiempo (2006), ¿Qué significa pensar? (2008) y Tiempo e historia (2009).
Un fascinante recorrido filosófico por la historia cultural en torno a la tensión entre el individuo y la sociedad.
Cada uno de nosotros es, antes que nada, un ser individual, único. Y si para muchos esto es un estímulo para cultivar la propia singularidad, para otros esta individualidad puede convertirse en una acuciante sensación de soledad, de la que solo es capaz de rescatarnos la pertenencia a un grupo o a una clase social, o la adhesión a una ideología. La historia de la filosofía nos muestra numerosos ejemplos de cómo algunos escritores y pensadores han reflexionado sobre cómo mantener viva la propia singularidad frente a las exigencias del clan o de la sociedad en su conjunto. Con esta tensión como telón de fondo, Safranski presenta las ideas de los genios artísticos renacentistas, los primeros ecologistas del siglo xix o los pensadores existencialistas. Y también nos brinda inéditas perspectivas sobre autores como Montaigne, Rousseau, Diderot, Kierkegaard, Hannah Arendt, Elias Canetti o Ernst Jünger.
William Mulligan, fundador de The Everyday Stoic, convierte los principios milenarios del estoicismo en una guía práctica y contemporánea para superar los retos actuales y cultivar la calma interior. Inspirado en la sabiduría de grandes filósofos como Marco Aurelio y Séneca, este libro no solo ofrece una puerta de entrada al rico legado del estoicismo, sino también una oportunidad para que seas parte de una inquebrantable comunidad que busca vivir de acuerdo con esta filosofía atemporal.
En Ser un estoico, descubrirás cómo:
Confrontar la imprevisibilidad de la vida con resiliencia, mediante consejos prácticos y acciones concretas.
Comprender que nuestros pensamientos crean la realidad, permitiéndote no solo enfrentar adversidades, sino prosperar a pesar de ellas.
Mejorar tu salud mental aplicando los principios estoicos para transformar tu actitud ante los desafíos y obstáculos.
Con un estilo claro y accesible, esta guía transformadora canaliza las enseñanzas de la antigua Grecia y Roma para ayudarte a encontrar paz, fortaleza y equilibrio, sin importar lo que la vida moderna te depare.
Catherine François trae a escena a unos héroes culturales casi desconocidos en Occidente, cuyas vidas constituyen fragmentos relevantes de la historia de China y un verdadero ejemplo de sabiduría.
¿Cuál es la fuente de los saberes humanos? ¿Podemos vivir sin certezas?
¿Con qué criterios podemos aceptar que lo que conocemos sea verdadero o falso?
¿Sirve el escepticismo para lograr una vida mejor?
En las últimas décadas, para alcanzar la verdad o la tranquilidad interior, se han reivindicado casi todas las escuelas de la sabiduría antigua: desde los estoicos a los cínicos, desde los epicúreos a Platón y Aristóteles, pasando por los taoístas chinos, los budistas del zen japonés o el yoga indio. En esta recuperación constante de los clásicos tan solo parece faltar la escuela escéptica.
Hoy en día tendemos a asociar escepticismo con incredulidad ordinaria. Sin embargo, el escepticismo no implica una negación absoluta, sino más bien todo lo contrario, es decir la puesta en cuestión de dogmas, tópicos y prejuicios. El escepticismo filosófico deriva de la palabra skepsis que significa «investigar», no conformarse con una respuesta dogmática. Pensar con sentido implica dudar, cuestionar las aparentes certezas. Es por ello que el escepticismo ha sido una de las más potentes tradiciones de la historia de la filosofía y de la ciencia, que sigue vigente y merece ser reivindicada si queremos comprender aspectos fundamentales de nuestra mente y de lo que nos rodea.
Una obra de singular importancia que reconstruye el pensamiento de los escépticos grecolatinos, dirigida por igual a iniciados y profanos.
Daniel Tubau nos propone pasear de la mano de los escépticos para llegar al conocimiento admitiendo nuestra ignorancia. Además, nos revela que a través de la duda podemos encontrar un camino hacia la felicidad.