París, 1926. Walter Benjamin se enamora de la ciudad, pero ella no le corresponde... Incomprendido y desconocido, en ocasiones se siente profundamente solo. Lo que no le impide empezar a trabajar en la que será la obra de su vida, El libro de los Pasajes. Ese mismo año, André Breton conoce a Nadja, que se convierte en su heroína y lo guía a través de una ciudad de azar y maravilla. Por su parte, cada noche, Ludwig Hohl camina por París, descubriéndola barrio por barrio. Su mirada de extranjero se cruza con la de Léon-Paul Fargue, auténtico parisino, nostálgico y brillante. Y entre ellos aparece también el gran paseante Franz Hessel. París se entrega, se enamora, pero igualmente se aleja, pues el mundo que viene no está preparado para crear un mundo, nos dice Frédéric Pajak. Entre la ironía y la melancolía, este segundo volumen del Manifiesto incierto evoca las sombras de la ciudad, el tiempo previo a la Segunda Guerra Mundial y también la actualidad, el asesinato y la destrucción de París, ese París que ya no existe y ese París que, sin embargo, reclama sangre y cuenta muertos en cada calle en honor a la poesía y a la historia. Una obra épica iluminada por ciento cincuenta deslumbrantes dibujos.
Magia es de esos libros sorprendentes, que trastocan todo lo que creíamos saber sobre un tema. Laurent de Sutter propone un sorprendente cuestionamiento de la idea de «vínculo social».
¿Qué pasaría si el derecho fuera la última manifestación de la magia en un mundo que creía poder prescindir de ella? Este es el curioso interrogante que da pie a este este breve aunque intenso ensayo. Laurent de Sutter se propone indagar, a partir de la aparición del concepto de «vínculo social» en pensadores tan distantes como Rousseau o Durkheim, sobre aquello que nos ata como sujetos y que genera un vínculo, sobre la forma en que se instituye una obligación entre partes y se liga el conjunto de la sociedad.
Con gracia provocadora, de Sutter se mueve entre las ideas de Montesquieu y Giordano Bruno, entre los juristas romanos y Gabriel Tarde, entre Marcel Mauss, los inspiradores del Código Civil y Giorgio Agamben. Alejado de la sociología, su objetivo es desvelar, desde el punto de vista de la filosofía del derecho, el efecto performativo de la obligación que está detrás del vínculo social y su posible vínculo con la magia.
Este volumen recoge una serie de ensayos dedicados a relevantes maestros españoles de pensamiento en el siglo xx. No son todos los maestros de pensamiento que ha habido en España en ese siglo, sino los del autor, aquellos con los que Pedro Cerezo se he formado durante años. Los tres grandes nombres, Unamuno, Ortega y Zubiri, constituyen la gran cordillera de altas cumbres que abre el pensamiento español del siglo xx, poniéndolo a la altura del destino de Europa, y de donde emanan las fuentes más fecundas de nuestra historia intelectual contemporánea. Luego, viene la tríada de herederos de la Escuela de Madrid, José Luis Aranguren, Pedro Laín y Julián Marías, tres relevantes especialistas en Ética, Antropología filosófica y Metafísica respectivamente. Cierra el panorama otra tríada, no menos ilustre, Jaume Bofill, en representación de la Escuela de Barcelona, Luis Rosales, brillante ensayista y gran poeta, y Francisco Ayala, orteguiano e institucionista, que aquí representa el pensamiento social y político de su generación. Los trabajos reunidos en este libro acreditan al profesor Pedro Cerezo Galán como gran especialista de referencia en el área del hispanismo filosófico.
«NADA ES COMPARABLE AL ASOMBRO DE VIVIR».
A lo largo de mi vida, mis terapeutas han sido Platón, Sócrates, Marco Aurelio, san Agustín y Viktor Frankl, entre otros. También pueden ser los tuyos.
La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría. El pesimismo no es más que una perspectiva parcial y frente a él, el amor cura e invita al optimismo.
Esto es lo que quiero compartir contigo: que el ser humano puede elegir, que no es una marioneta en manos de la fatalidad, que es posible encontrar esperanza, que el dolor psíquico puede superarse y que el optimismo no es signo de ingenuidad, sino un ejercicio de lucidez.
La filosofía es la herramienta que nos ayuda a vivir mejor.
La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría. El pesimismo no es más que una perspectiva parcial y frente a él, el amor cura e invita al optimismo.
Esto es lo que quiero compartir contigo: que el ser humano puede elegir, que no es una marioneta en manos de la fatalidad, que es posible encontrar esperanza, que el dolor psíquico puede superarse y que el optimismo no es signo de ingenuidad, sino un ejercicio de lucidez.
La filosofía es la herramienta que nos ayuda a vivir mejor.
¿Hay un Foucault que no conozcamos todavía, o no lo suficiente? Los cursos en el Collège de France, impartidos entre 1970 y 1984, focalizaron la atención de lectores y especialistas en el último Foucault, preocupado por indagar una ética y una estética de la existencia en el mundo grecorromano. Este libro, y otros cursos y trabajos inéditos que irán apareciendo en esta serie, invitan a girar la mirada hacia el joven Foucault, el que entre 1949 y 1954 se gradúa en Psicología y Psicopatología, asiste al "seminario de los miércoles" de Jacques Lacan y trabaja en el hospital psiquiátrico de Sainte-Anne, al tiempo que se propone interrogar desde este campo sus inquietudes filosóficas.