¿Por qué un manual? Porque aspira a ser fácil de manejar y fácil de entender y su intención es fundamentalmente práctica. Porque no es un libro oficial, académico o doctrinario, y compendia lo más sustancial de unas cuantas vidas filosóficas. ¿Por qué portátil? Porque es un homenaje a caminantes. La filosofía portátil es un esfuerzo por liberar al pensamiento de la reclusión a la que ha estado sometido por escolásticos y académicos. Un modo de conjurar esa manía erudita de hablar sólo para aquellos que comparten cátedra o facultad. El espíritu de la pesadez infecta como ningún otro al de la filosofía, y el portátil es un soltador de lastre. Prefiere ofrecer ironías, migajas y vislumbres que abran paso a una nueva inteligencia de la vida. Este libro propone recorrer el río de la filosofía a contracorriente, en busca de sus fuentes. El viaje se inicia con el gesto de un antropólogo que, tras estudiar filosofía en París, se va a buscar la verdad entre los «salvajes». Luego, visitamos a los filósofos, contemplando escenas inolvidables: Wittgenstein toma notas en una trinchera, Nietzsche susurra a un caballo, Kierkegaard financia un panfleto anticlerical, Leibniz descubre el amor entre las princesas, Montaigne se encastilla, Plotino oculta su pasado, Sócrates bebe voluntariamente un veneno y Empédocles se arroja a un volcán. Lo que a primera vista podría parecer extraño revistió un profundo sentido para todos ellos. Llamemos a ese sentido filosofía y veamos qué ocurrió.
A través de las cincuenta y tres piezas que componen el Manual, Epicteto –crecido como esclavo en la turbulenta Roma de Nerón– nos ofrece los principios de la filosofía estoica, corriente de la que, junto al emperador Marco Aurelio y el filósofo Séneca, es su máximo representante.
Por medio de unas reflexiones afiladas y certeras y un lenguaje claro y sin concesiones, Epicteto nos propone la ética estoica como un punto de partida en la búsqueda de la tranquilidad de ánimo y de la felicidad. La unión entre la reflexión moral y su vertiente práctica que se produce en el Manual y en las dos piezas de sus diatribas incluidas en este volumen (Cómo actuar ante los tiranos y Contra los conflictivos y salvajes) contribuye a que el estoicismo sea percibido como una corriente filosófica capaz de influir en las acciones del día a día.
En 1939, como todos los ciudadanos alemanes residentes en París, Walter Benjamin fue internado en un campo de «trabajadores voluntarios» en Nevers. Liberado después de dos meses y medio gracias a la intervención de varios amigos, regresó a París hasta que llegaron las tropas de la Wehrmacht. Entonces huyó y comenzó a vagar por el sur, primero Lourdes, luego Marsella, desde donde intentó en vano embarcarse hacia Estados Unidos. Su viaje continuó por los Pirineos, hasta el puesto fronterizo español en Portbou, donde, amenazado con ser entregado a la Gestapo, se suicidó.
Esta historia se entrelaza con una evocación del poeta estadounidense Ezra Pound, exiliado en Rapallo, en la Italia fascista, cuyas opiniones comparte ciegamente. En Roma, el poeta se encuentra con Mussolini para ponerse a su servicio, pero éste rechaza la propuesta, convencido de tratar con un espíritu perturbado. Detenido en 1944 por los estadounidenses y condenado por traición, fue encerrado en Pisa en una jaula al aire libre, antes de ser internado durante trece años en su país.
París, 1926. Walter Benjamin se enamora de la ciudad, pero ella no le corresponde... Incomprendido y desconocido, en ocasiones se siente profundamente solo. Lo que no le impide empezar a trabajar en la que será la obra de su vida, El libro de los Pasajes. Ese mismo año, André Breton conoce a Nadja, que se convierte en su heroína y lo guía a través de una ciudad de azar y maravilla. Por su parte, cada noche, Ludwig Hohl camina por París, descubriéndola barrio por barrio. Su mirada de extranjero se cruza con la de Léon-Paul Fargue, auténtico parisino, nostálgico y brillante. Y entre ellos aparece también el gran paseante Franz Hessel. París se entrega, se enamora, pero igualmente se aleja, pues el mundo que viene no está preparado para crear un mundo, nos dice Frédéric Pajak. Entre la ironía y la melancolía, este segundo volumen del Manifiesto incierto evoca las sombras de la ciudad, el tiempo previo a la Segunda Guerra Mundial y también la actualidad, el asesinato y la destrucción de París, ese París que ya no existe y ese París que, sin embargo, reclama sangre y cuenta muertos en cada calle en honor a la poesía y a la historia. Una obra épica iluminada por ciento cincuenta deslumbrantes dibujos.
¿Cómo se convirtió el minimalismo en una tendencia decorativa? ¿En qué momento los uniformes de trabajo empezaron a venderse como artículos de moda? ¿Se puede ser cool con una remera blanca y unos jeans, independientemente de la marca? ¿Qué es, en definitiva, el buen gusto y quién lo define? Apoyándose en la filosofía, la sociología y la estética, citando algunos capítulos de Frasier o Los Soprano, o describiendo la decoración de las casas de Donald Trump y Kim Kardashian, la periodista británica Nathalie Olah investiga sobre las superficiales líneas que separan el buen y el mal gusto.
¿Cómo se convirtió el minimalismo en una tendencia decorativa? ¿En qué momento los uniformes obreros empezaron a despacharse como artículos de moda? ¿Puedes ser cool con una camiseta blanca y unos pantalones vaqueros, independientemente de la marca? ¿Qué es, en definitiva, el buen gusto y quién lo define?
Apoyándose en la filosofía, la sociología, la estética teórica, citando algunos capítulos de Frasier o Los Soprano, o describiendo los interiorismos de las casas de Donald Trump y Kim Kardashian, la periodista británica Nathalie Olah investiga sobre las superficiales líneas que separan el buen y el Mal gusto. La suya es una crítica mordaz a las élites que operan en la sombra, construyendo ideas dinámicas y excluyentes de lo que está de moda (y lo que no). Y a la importancia capital que le damos al ‘estatus’ que nos proporciona formar parte de ese selecto grupo de connosieurs.
¿Quién mueve realmente los hilos de este intangible (en las cadenas de ropa de gran consumo, en los despachos de los líderes políticos, en los impecables rostros de las estrellas del cine y en el interior de los restaurantes de postín) y cómo se estetiza y revaloriza la escasez —otra macabra invención del capitalismo— para crear una falsa jerarquía de la virtud centrada en el consumismo?